Paralizar a Husein
LA GUERRA es la guerra, con sus horrores y su barbarie. Por mucho que se esfuercen los agresores iraquíes por dar al mundo la sensación de que sólo han llevado a cabo una operación limpia y rápida, y de que se van a retirar en un plazo breve, los hechos desmienten esas afirmaciones. En Kuwait, ocupado por las tropas iraquíes, están ocurriendo graves violaciones del derecho internacional. El secuestro temporal de varios diplomáticos europeos, entre ellos un alto funcionario de la Embajada española, representa un "acto de hostilidad" -como afirma el Gobierno español- absolutamente intolerable, que confirma hasta qué punto todos los países deben sentirse afectados por la agresión iraquí, y todos deben tomar medidas para realizar un bloqueo internacional eficaz que demuestre al dictador Sadam Husein que no podrá salirse con la suya.En el terreno militar, las noticias sobre una posible entrada de los agresores en la zona neutral entre Irak y Arabia Saudí, si bien aún no han sido confirmadas, indican las consecuencias gravísimas que puede acarrear el ataque a Kuwait. La suspensión de la cumbre árabe prevista para este fin de semana no ayuda a mejorar las expectativas. En esta situación, mucho -por no decir todo- depende de la amplitud y eficacia de las medidas que adopte la comunidad internacional para imponer un mínimo respeto del derecho internacional.
En ese orden son importantes los pasos dados ayer. El hecho de que la Unión Soviética y Estados Unidos se hayan dirigido a todos los países para pedirles que se unan "en la suspensión de toda entrega de armas a Irak", es significativo, sobre todo por lo que tiene de acción conjunta sin precedente entre las dos grandes potencias. Pero es obvio que la suspensión del envío de armas es una medida insuficiente. La Comunidad Europea ha ido más allá en la reunión de Roma al decidir no sólo apoyar las sanciones acordadas por la ONU, sino tomar inmediatamente, por su parte, medidas muy efectivas, como el bloqueo de los haberes iraquíes y, sobre todo, el embargo sobre las importaciones de petróleo de Irak y de Kuwait (para que este último no pueda ser utilizado por el Gobierno títere colocado por Irak). Este punto es esencial para que Sadam Husein se sienta paralizado en la escena internacional. Sería decisivo que Japón y EE UU tomasen una medida semejante, si bien ya se manifiestan fuertes resistencias de intereses económicos . En todo caso, la respuesta a la agresión debe realizarse en este terreno. Convenientemente coordinadas y ejecutadas, la efectividad de estas medidas sobre el régimen de Husein puede ser devastadora.
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