La reforma fiscal favorece a las rentas del capital y no a las del trabajo, según UGT

La reforma fiscal aprobada "unilateralmente" por el Gobierno "es regresiva" y no favorece a las rentas del trabajo sino a las del capital, según un informe hecho público ayer por UGT. El informe añade que "como toda orientación regresiva, se acompaña de grandes dosis de ilusionismo, de populismo y hasta de engañosos mensajes socialdemócratas".Según UGT este "mensaje engañoso lanzado por el ministro de Economía", Carlos Solchaga, consiste en que la reforma beneficiará básicamente a los perceptores de rentas del trabajo de menos de un millón de pesetas y a los pequeños ahorradores y en que perseguirá la especulación.

Sin embargo, añade el informe, "al leer la letra pequeña de la reforma se puede observar que las rentas que realmente se beneficiarán serán las plusvalías y las rentas del capital". Además, "al establecerse una tarifa más regresiva, el beneficio aumentará con el nivel de renta".

El sindicato considera que las rentas del trabajo no salen realmente beneficiadas con la reforma. Argumenta que la deducción en la cuota se situará en 1991 en 25.200 pesetas frente a las 24.000 de este año "lo que no es más que el resultado de actualizar esta deducción en el 5%".

Añade que la deducción en la base en concepto de gastos necesarios para obtener los ingresos es también insuficiente ya que pasa del 2% al 3% con un objetivo del 5% en los próximos ejercicios, lo que "no compensa ni de lejos la desigualdad en el tratamiento de rentas".

En cuanto a la garantía de cuota líquida nula para rendimientos del trabajo de hasta un millón de pesetas de renta íntegra, "sólo requeriría un pequeño retoque de perfeccionamiento respecto a la situación actual". De hecho, añade el informe de UGT, ya en 1990 las rentas íntegras de hasta un millón de pesetas no tributaban más que en el caso de una persona soltera sin deducciones, quedando nula la cuota para los casados.

El sindicato critica además la actualización de las retenciones del IRPF en un 5% -en lugar del 5,7%, de acuerdo con la inflación- y el hecho de que su vigencia sea sólo de cuatro meses y no durante todo el año. La consecuencia es que 1as rentas del trabajo continúan sufriendo retenciones muy superiores a las necesarias, por lo que los trabajadores están soportando el enfriamiento económico a costa de ver reducida su capacidad de renta".

Tarifa regresiva

La nueva tarifa del IRPF es menos progresiva que la actual, según UGT, ya que del actual tipo marginal máximo del 56% a partir de ocho millones se pasa al 55% con un horizonte del 50%, al tiempo que se rebaja el tope mínimo desde el 25% al 20% para 400.000 pesetas -desde las 648.900 actuales- con un horizonte del 18%. Esto es, "por debajo simplemente se prolonga la tarifa y por arriba se afeita tanto en tipo como en tramos", añade.

La conclusión es que el nuevo IRPF será un impuesto menos potente y más desequilibrado ya que el coste previsto -300.000 millones de pesetas- sólo beneficia a las rentas del trabajo en unos 30.000 millones, según UGT.