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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Compleja, magistral comedia

Es ésta la segunda versión de la comedia de Hecht y Mac Arthur Primera plana, y la mejor, o al menos la más compleja, de las tres.Está en efecto muy por encima de la primera, dirigida por el brillante y sobrevalorado en su tiempo Lewis Milestona; y es muy distinta, en algunos aspectos casi opuesta, a la tercera versión, la graciosísima que Billy Wilder realizó con Jack Lemmon y Walter Matthau. Luna nueva o His girl Friday es una formidable comedia, arquetípica de Howard Hawks y en la que queda al final de la proyección un regusto a tragedia escondida, casi totalmente oculta pero no invisible.

Hay una variante argumental introducida por Howard Hawks en el guión original que le presentaron casi ultimado para su rodaje. La anécdota de donde proviene esa variante dice mucho acerca de la sorprendente capacidad de improvisación de este director. Se disponía Howard Hawks a leer el guión y pidió al estudio un actor para que le diera la réplica: él leería los diálogos del personaje Walter Burns, director del periódico, y el actor los correspondientes a su antagonista el reportero Hildebrant. No llegó el actor, y Hawks entregó un libreto a su secretaria para que fuera ella quien le diese la réplica. La variante surgió en la imaginación del cineasta cuando durante el toma y daca con su secretaria se detuvo y dijo que aquellos diálogos entre dos hombres eran más creíbles entre hombre y mujer y más exactamente entre marido y esposa divorciados. Y por este agujero intuitivo, Hildebrandt se convirtió en Hildy y entró en la película Rosalind Russell, que hizo uno de los mejores trabajos de su carrera.

Luna nuem (His girl Friday)

Director: Howard Hawks. Guión: Ben Hecht y Charles Mac Arthur. Estados Unidos, 1940. Intérpretes: Cary Grant, Rosalind Russell, Ralph Bellainy. Estreno en Madrid: cine Alexandra.

Equilibrio

La credibilidad que este descubrimiento de Hawks imprimió a la película -desdoblada en una parte abiertamente cómica y otra patética- le obligó a algunas (pocas) modificaciones de diálogos y situaciones, pero en general todo quedó cual era en la comedia original.

El esfuerzo del cineasta, lo que hace que su versión del mismo guión que rodó Milestone y que más tarde rodaría Wilder sea más ambiciosa y elevada que sus dos películas hermanas, fue equilibrar por el lado difícil esas dos partes, tan chocantes entre sí, que componen la armazón de The Front Page: el divertido debate entre el sinuoso director del periódico, que es capaz de cualquier impúdica maniobra para mantener en el redil a su reportera y ex esposa, y el terrible asunto periodístico que sirve de campo de batalla a este tira y afloja, el ahorcamiento de un pobre individuo de ideas radicales en una comunidad corrompida y reaccionaria.

Milestone inclinó hacia el lado serio todo el filme. La elección de Billy Wilder fue la contraria: exagerar la comedia y hacerla envolvente, convirtiendo a la ejecución del pobre individuo en una farsa violenta que exagera los elementos conjugados y los iguala. Pero la elección de Hawks es indicio de su superioridad: el camino difícil, hacer comedia (sin farsa alguna) en la relación director-reportera y dejar intacto (e incluso enfatizarlo en el plano con sabor expresionista de la jaula del condenado) el horror de la historia colateral. Y cohesionó el juego de contrarios, convirtiendo en tragedia a la comedia y a la tragedia en comedia, sin solución de continuidad.

Le salió una película (con todo respeto hacia Robin Wood, magnífico estudioso de Hawks, que la considera defectuosa) perfecta, realizada sobre un ritmo frenético, sin respiro, con una pasmosa economía de recursos, y en la que el dúo Cary Grant-Rosalind Russell, sin provocar la hilaridad de Lemmon-Matthau, va más lejos: hacen ver su pasado común en su hoy divergente, nos hacen adivinar su futuro, inmediato y lejano, y así duplican y triplican el sentido de cada mirada, de cada réplica que se dirigen, multiplicando con evidencias a las zonas no evidentes de sus formidables composiciones. Palabras mayores.

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