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Entre la cirugía y las prótesis

Una vez recogida toda la información necesaria se decide el tratamiento, que puede ser por medio de sustancias estimulantes, hormonas, cirugía, inyección de sustancias vasoactivas y, cuando no queda otra salida, las prótesis de pene.La cirugía, arterial o venosa, es en ocasiones útil, sobre todo temporalmente, aunque no haya largos seguimientos demostrativos de su eficacia. Las arterías del pene son muy delgadas; tienen muy poca luz. Para que haya erección tiene que haber entre 150 y 170 centímetros cúbicos de sangre entrando por la circulación arterial a los cuerpos cavernosos del pene, y para mantener la erección son necesarios entre 40 y 60 centímetros cúbicos por minuto.

Cuando tiene éxito, la cirugía vascular permite la penetración con ayuda de las manos -cosa que algunos no consideran tan exitosa-. El problema, no obstante, puede reproducirse tiempo después. El método estrella para algunas escuelas es la inyección de sustancias vasoactívas, que algunos ven casi como la solución final. Para otros especialistas sólo se trata de un recurso temporal y limitado a un colectivo de hombres que no se impresiona por los pinchazos en el pene ni por la programación que requiere el hecho de que la inyección puede provocar erecciones de medía hora a tres horas de duración. Algunos autores señalan el riesgo de priapismo como contraindicación más importante y también la formación de zonas fibróticas como consecuencia del mecanismo pinchazo-hematoma-cicatriz que las inyecciones van produciendo. Por ello serecomienda restringir el uso a una o dos veces por semana.

Prótesis

Cuando todo falla, el último recurso, el tratamiento final, es la implantación de una prótesis de silicona (dos tubos) en los cuerpos cavernosos del pene mediante una incisión de la piel en la parte inferior del escroto. La operación se practica con anestesia local o regional, y si no hay complicaciones dura aproximadamente 40 minutos. El paciente abandona la clínica a las 12 horas, menos los diabétícos, que lo hacen al cabo de dos días. Sobre las cuatro semanas de adaptación el paciente recibe el alta para reanudar las relaciones sexuales.En algunos casos pueden producirse edemas de la verga, dolores locales persistentes o ulceración del glande. También pueden presentarse problemas mecánicos (especialmente con las prótesis hinchables, aunque cada vez se presentan modelos más perfeccionados) y ruptura de la prótesis.

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