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La última fortaleza se tambalea

Así que ahora también Albania. El último de los países orientales también es sacudido por el cambio. El fósil estalinista, que en el mapa político del continente se percibía hasta ahora como un oscuro ente marginal, ha captado repentinamente la atención del público mundial a causa del asalto a las embajadas en Tirana.Más de 5.000 personas han buscado asilo en las misiones extranjeras. ( ... ) Han huido de las penurias materiales y de la tutela política. Ni el miedo hacia la policía secreta, la Segumi, ni los tiros de la milicia han conseguido detenerlos. ( ... ) Un pueblo se vuelve a levantar precisamente en el momento en que sus dictadores aflojan con cautela el puño. El jefe del Estado y del partido de Albania, Ramiz Alia, ha otorgado un poco de margen a la iniciativa privada en la economía desde la primavera y ha prometido la apertura de iglesias y mezquitas en el "primer Estado ateo del mundo". ( ... )

Evidentemente, Ramiz Alia se plantea seriamente desligarse del sombrío legado del tirano Enver Hoxha, muerto en 1985, que encerró y atormentó como un carcelero a los tres millones de albaneses. Parece que el jefe del Estado considera la crisis desencadenada por la huida masiva como una oportunidad para librarse de su oposición ortodoxa en el Gobierno y en el Politburó. Después del año revolucionario de 1989, parece cerrarse el círculo: el último baluarte del estalinismo podría caer pronto.

13 de julio

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