La costa de Guipúzcoa, amenazada por una plaga de algas putrefactas

Los vertidos al mar han originado en los últimos años una nueva forma de contaminación: las plagas de algas. Estas plagas vegetales, que crecen y se desarrollan vertiginosamente, han llegado a las costas guipuzcoanas y están destruyendo el fondo marino, según el biólogo Miguel Ibáñez Artica, miembro de la Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa.

Los efectos de la contaminación se encuentran en aguas del Cantábrico a cinco kilómetros de la costa y a profundidades superiores a los 50 metros. La explicación de este fenómeno, indica el biólogo Miguel Ibáñez, se halla en que la materia orgánica se encuentra flocuada (coagulada), en suspensión, dando una imagen similar a la de los copos de nieve. Las corrientes del fondo van extendiendo esta capa de materia orgánica a modo de tapiz y contaminando lentamente el fondo marino.El aporte al medio marino de grandes cantidades de nitrógeno y fósforo en forma de sales, procedentes de los abonos y fertilizantes utilizados en agricultura, producen un efecto de "abono del medio marino", según Ibáñez. En vez de resultar beneficioso, lo que ocurre es que al no ser consumidas por los animales, las algas terminan por morir y sedimentarse en el fondo actuando de forma similar a la materia orgánica que procede de las aguas fecales y conduce a situaciones de destrucción del ecosistema marino.

Una situación de similares características se presentó el pasado año en el levante español, en la costa italiana y en la Bretaña francesa, lugar donde cada año es necesario retirar más de 80.000 toneladas de algas putrefactas.

Materia orgánica

En la costa vasca las zonas más contaminadas de materia orgánica se encuentran en los puertos y desembocaduras. En el puerto de Pasajes (Guipúzcoa) existe una zona anóxica en la zona de Trincherpe, en la que no hay microfauna en los fondos y se registran valores muy altos de contaminación fecal con sólidos en suspensión, detergentes aniónicos y nitrógeno amoniacal. El grado de contaminación del puerto de Pasajes es similar al del puerto de Marsella o al de Long Beach en Los Ángeles.Lo sorprendente, según Ibáñez, es que existan fondos muy contaminados en mar abierto, como se registran frente al colector de Mompas, en San Sebastián, que arroja residuos orgánicos de las industrias papeleras de Hernani que anteriormente se arrojaban al río Urumea.

Lo que comenzó a suceder en lugares cerrados, en el lago del Faro, en el sur de Italia en 1964 o en la bahía de Túnez en 1968, con efectos catastróficos sobre los sistemas naturales, un cuarto de siglo después está a punto de convertirse en una catástrofe en mar abierto, según Ibáñez. La diferencia es que el problema en aquellos años, indica, afectó a zonas reducidas y controladas y actualmente afecta a extensas zonas del fondo oceánico.

Señala también que el fondo del Golfo de Vizcaya se comporta como un mar cerrado, con fuerte estratificación estival y recalentamiento de las capas superiores de mar, lo que origina que los fondos cercanos a la costa vasca sean más susceptibles a este tipo de polución producida por la materia orgánica.