La escritora Fátima Mernissi desmiente que haya sido condenada a muerte por Irán

Llegó con retraso a la cita, precedida de una cierta fama principesca que ella no desmiente con su porte. Fátima Mernissi, socióloga e historiadora marroquí nacida en Fez en 1940, ha demostrado en numerosos libros que la situación de la mujer en el islam no es estática y aseguró que los problemas son más políticos que religiosos. Desconfiada con la prensa occidental, desmintió las informaciones aparecidas hace un año que señalaban que el régimen iraní la había condenado a muerte.

"Nunca he tenido problemas con las autoridades religiosas, fue el ministerio del Interior marroquí el que censuró uno de mis libros, El harem político. Son cuestiones burocráticas", dijo la historiadora. Fátima Mernissi, que comparó la censura que se vive en su país con la que ejercía Franco en España, relató que la noticia de su condena a muerte fue un montaje de un editor italiano y después varios medios europeos difundieron la noticia sin confirmarla. La delegación diplomática iraní en España negó ayer a este diario que haya existido jamás una condena a muerte contra la historiadora.

Mujeres islámicas

En su último libro publicado Sultanes oubliées, Fátima Mernissi demuestra que antes de Benazir Butho, la primera ministra de Pakistán, hubo otras 16 mujeres que fueron jefes de gobierno de países islámicos. En Le harem polilique, publicado en 1987, explica que el Profeta estaba contra la violencia y a favor de los derechos de la mujer.La mayoría de sus libros, entre los que también se encuentran Shahrazad n'est pas marocaine y Sexe, idéologie, Islam, han sido traducidos a varios idiomas. Su libro Marruecos a través de sus mujeres, escrito en 1983, está basado en entrevistas realizadas a mujeres marroquíes durante la década de los setenta y en él intenta explicar las inquietudes y opiniones de sus compatriotas y la situación de marginación que sufren en el mundo islámico. "De hecho el libro ya tiene 20 años y durante este tiempo la situación ha cambiado mucho. Lo más importante de este libro es precisamente que demuestra que la idea corrientemente admitida de que las mujeres del mundo árabe no cambian es una gran ficción. Una ficción que se utiliza ideológicamente para justificar el por qué se les niega sus derechos democráticos", dice Mernissi.

El hecho de que sea un libro desfasado parece encantarle, pero reconoce que los problemas continúan. "En los países árabes el porcentaje de analfabetismo entre las mujeres oscila entre el 70% y el 80%", y el poder no hace nada para solucionar el problema". Y asegura que ésta es una lucha en la que también participan los hombres, sobre todo los intelectuales de izquierdas, porque "éste es un problema de democracia, no de mujeres".

Mernissi no le molesta el auge integrista, aunque piensa que seguramente no es un modelo de sociedad que tenga futuro. Para ella, todo lo que sea ampliar el ámbito de población con peso en la sociedad es un paso adelante y señala que en Argelia la situación de la mujer ha avanzado más en los dos últimos años que en todo el resto de siglo debido al movimiento social que ha impulsado el fundamentalismo. "El fundamentalismo es la falta de democracia y Jomeini un producto de la política nortemencana en Irán. En Argelia pasa lo mismo".