Homenaje a Besteiro
De las 42 firmas que en el anuncio publicado por ese periódico patrocinan un homenaje a Julián Besteiro no hay, ciertamente, ni una sola persona que padeciese, en abril de 1939, la paz que el seflor Besteiro promovió y patrocinó.Es, por supuesto, muy difícil que algún testigo de aquellos días se una a tal homenaje.
El mejor y más sentido homenaje será el de perdonarle, por su buena voluntad, su gran error de 1939.
No parecen severos analistas los que al firmar el homenaje hablan de que fue, como político y como intelectual, un hombre de alto compromiso ético. Lo sería sólo hasta entonces, febrero de 1939.
¿Cómo puede ser ético todo lo siguiente?:
- Apoyar moral y ejecutivamente un golpe de Estado militar de un coronel perjuro (Casado) contra un Gobierno políticamente legal en un Estado republicano, en aquellas condiciones extremadamente emergentes.
- Hacerlo empleando una dialéctica injuriosa que satisfacía al enemigo, denominando "siervos de Moscú" a los miles de hombres que durante tres años habían creído en la resistencia como camino de alcanzar alguna fórmula de paz que los preservase contra la feroz represión que estaba anunciada.
¿Qué clase de ética representó difamar a un sector de hombres del Frente Popular que habían sido durante tres años compañeros de lucha y sacrificio con todos los frentepopulistas de la República?
¿Saben estos firmantes que, como gran gesto pacifista, en función de la iniciativa del señor Besteiro, se entregaron a los franquistas las cárceles llenas de luchadores de la resistencia?
¿Se puede éticamente pasar de ser aliados, hombro con hombro, en las trincheras, a ser su delator y carcelero?
Parece mentira que un catedrático universitario de Lógica, un hombre con tanto dominio de la sociopsicología de las personas, pudiese confiar en que un hombre de las características de Franco, un hombre frío, implacable y calculador, sin ninguna capacidad emocional y un represor nato, aceptase cualquier acuerdo que permitiese a los combatientes y políticos republicanos mitigar la derrota. Parece mentira que Besteiro pensase que Franco tuviese otro objetivo que la despiadada y sistemática represión de los que habían sido sus enconados enemigos, ya anunciada y entonces conocida con su Ley de Responsabilidades Políticas, que abarcaban desde el año 34.
Es, en fin, históriográficamente más justo pedir perdón en el recuerdo para Julián Besteiro que homenajearlo.-
Ex combatiente del Ejército republicano.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.