El miedo de una estudiante

El pasado sábado día 2 celebramos la tradicional cena de fin de carrera en la Facultad de Derecho. Lo que en principio debería haber sido motivo de alegría se convirtió en una profunda melancolía y nostalgia por "aquel tiempo pasado, que siempre a nuestro parecer fue mejor".No se puede negar que nos divertimos plenamente; los cantos, vivas, risas y fotografías recuerdo, con profesores y alumnos, están ahí para demostrarlo. Pero el tan esperado momento no llegó como siempre lo imaginamos.

No era alegría por dejar la Facultad de una vez por todas y ser un licenciado en potencia, no era el orgullo de ser casi todo un señor abogado, preparado para batirse profesionalmente contra todo tipo de agravio o litigio.

No, nada más lejos de la realidad. Bien es cierto que a estas alturas estamos más que quemados por exámenes y profesores incompetentes, y que el deseo de salir con tu título bajo el brazo, más que un sueño, es casi ya una pesadilla. Pero en este momento sublime, en el que el temor al futuro cercano es más que latente, la tan esperada alegría no se deja sentir. ¿Nos pueden decir qué va a ser de los casi 4.000 licenciados que tan parcamente formados van a salir a la calle este año?

Mientras encontramos la respuesta, permitan que, como Tolstói, no podamos evitar pensar: "¡Qué honda tristeza al recordar el tiempo que ya no volverá!".-