El éxodo de los 'camaradas' de Walesa
Una red de contrabando de hombres inunda de polacos la Península
El espejismo de encontrar fácilmente un trabajo en Occidente ha llevado a 71 emigrantes polacos, 31 de ellos niños, a asentarse en el País Vasco, después de atravesar ilegalmente Europa en camiones. Para la mayoría de ellos, el viaje acaba de empezar. España será un país de paso; Estados Unidos, Canadá y Australia son la meta final. La otra cara de esta historia la representa la red de yugoslavos afincados en Polonia que se dedica a la emigración ilegal. El viaje de la libertad cuesta alrededor de 500 dólares (50.000 pesetas).
El maná tiene nombre de estatuto de refugiado o de contrato de trabajo. "Polonia, finito. Nunca más volveré allí", afirma Silvester, un joven orondo con pelo a lo Maradona y cara de satisfacción. A sus 22 años, dice haber conocido las cárceles del general Jaruzelski durante cinco "interminables años" y la "persecución policial" en la nueva etapa democrática. Su dominio del inglés le ha convertido en el pope del grupo de 54 polacos que acampa desde el miércoles en el cámping de Górliz. "El aparato comunista no se ha desmantelado todavía. Hemos sido perseguidos por ser miembros de Solidaridad", afirma.Pero la historia de la persecución política no ha calado en fuentes oficiales. Según la Convención de Ginebra, cada uno de ellos debería probar que ha sido perseguido políticamente. Hasta ahora no lo han hecho, pero mientras la Comisión de Asilo y Refugio no dictamine, tienen derecho a permanecer en nuestro país.
Los promotores del viaje de la libertad han utilizado el sueño de Occidente y las falsas promesas para amasar dinero. El contacto de la red de emigración ilegal se encuentra en uno de los principales mercados de Varsovia. Un yugoslavo agrupa a los candidatos que están dispuestos a atravesar Europa en camiones. El destino momentáneo es siempre el mismo: España.
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