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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El hermetismo sirve para todo

Heiner Müller es un dramaturgo de lo que fue Alemania del Este, cuya obra aparece tímidamente en España de cuando en cuando, alguna vez incluso por Robert Wilson (Hamletmachine), en lugares insólitos y siempre creando algún desconcierto: tiene fanáticos, tiene detractores. Viene ahora a otro insólito lugar, la llamada sala Margarita Hirgu inventada en el vestíbulo del segundo piso del teatro María Guerrero. Filoctetes es una obra de los años cincuenta, una de sus recreaciones de los mitos clásicos. Filoctetes fue el amigo de Hércules, que recibió de él el arco y las flechas que le hicieron famoso arquero. Pretendió a Helena y partió con los helenos a la conquista de Troya; mordido por un reptil, la herida no se cerró nunca y convirtió al guerrero en un ser hediondo y maldiciente, acosado por un dolor perpetuo; sus compañeros le abandonaron en una isla desierta. Pero el oráculo dijo que Troya no se tomaría nunca sin las flechas de Filoctetes. Diez años después fueron a recogerle, regresó y allí cayo Troya. En Alemania entonces pudo significar que el país vencido, abandonado, degradado, sería imprescindible para la llegada de la humanidad a una edad de oro. Es lo suficientemente hermética como para dar lugar a otras interpretaciones. Ahora, por ejemplo, se le adjudica el sentido de que los marginados, perseguidos, insumisos, asociales y rebeldes de hoy tienen que tener su puesto en la elaboración de otra -distinta- edad de oro. No hay inconveniente. Lo que queda es, durante hora y media, las escenas en que Ulises y Neoptolomeo, hijo de Aquiles -interpretado por una actriz joven-, llegan a la isla: fundamentalmente, el diálogo de Neptolomeo con Filoctetes, en torno al odio, la traición, la soledad, el abandono. La traducción, de Ernestine Lüdecke, no puede conservar en castellano, naturalmente, la belleza de su idioma original y resuelve los problemas de arcaísmo y poesía con alteraciones del orden de los miembros de la oración. Lo cual produce alguna incomodidad en los actores, que, a veces, cortan las frases por donde se les rompe el sentido. Hermetismos añadidos. Todo ello presidido por la dirección de Juanjo Guerenabarrena y en un esquema de decorado de María Serrano, que saca el partido posible al espacio angosto, donde es dificil ver y escuchar desde cualquiera de las 70 sillitas habilitadas. Los primeros espectadores se mostraron, sin embargo, muy satisfechos del trabajo y de la situación.

Filoctetes

De Heiner Müller. Traducción de Ernestine Lüdecke. Intérpretes: Ramón Serrada, Beatriz Bergamín, Antonio Ventura. Espacio escénico de María Serrano. Música de Enrique Camarasa. Dirección: Juanjo Guerenabarrena. Sala Margarita Xirgu. Teatro María Guerrero, 9 de junio.

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