Reforma o muerte en Colombia
Navarro Wolf, líder del M-19, por una Constitución que elimine la violencia
El masivo voto no vinculante a favor de una Asamblea constituyente fue el gran ganador de las recientes elecciones presidenciales. Tirios y troyanos ven en una reforma de la Carta Magna el islote que les ahorre ahogarse en sangre. "El problema ahora es cuándo y cómo se convocará, porque eso depende del nuevo presidente", dijo esta semana a su paso por Madrid el candidato presidencial del Movimiento Diecinueve de Abril (M-19), Antonio Navarro Wolf, cuya figura recogió cerca del 13% de los votos.
El ascenso de una tercera fuerza política en Colombia, tras el éxito electoral de la ex guerrilla de M-19, a pesar del asesinato de su líder, Carlos Pizarro, y, de la muerte un mes antes del popular candidato de la izquierda Bernardo Jaramillo indican que la constitución del bipartidismo colombiano agoniza.César Gaviria, el presidente electo, se ha mostrado favorable a la convocatoria de una Asamblea Constituyente, pero el cómo y el cuándo de la misma lo deberá pactar con los caciques liberales.
Por su caudal de votos, el partido de Navarro debería recibir en el reparto de cargos del Gobierno un ministerio. "Hasta ahora no lo han hecho, pero por el sistema de reparto de votos quizá nos ofrezcan Sanidad, Obras Públicas o Trabajo", afirma el dirigente del M- 19, para replicar de inmediato: "Nosotros le hemos hecho llegar el mensaje el claramente: sólo entraremos al Gobierno si fija la convocatoria de elecciones para una Asamblea Constituyente durante el segundo semestre de 1990. La Asamblea debería desarrollar su actividad mientras el Parlamento está en receso, es decir, entre enero y julio de 1991 ". El objetivo de la izquierda colombiana, agrupada en parte alrededor del M-19, que está constituyendo su Alianza Democrática -en la cual participan algunas agrupaciones que rodearan a Jaramillo antes de su asesinato el 22 de marzo-, es arrancar la Constituyente. Pero, ¿por qué esta oblicua convergencia de liberales, conservadores e izquierdistas en este epicentro constitucional? La precariedad de la legislación electoral, de los poderes del Parlamento, de la supremacía del decreto y la orden presidencial son fenómenos de tal envergadura que su proyección suele esca par a la opinión pública internacional.
Ley electoral
Navarro explica la fuerte votación recibida por el M-19, además de por todos los factores so ciales necesarios, por un sencillo hecho de mecanismo electoral: "Por primera vez en la historia de Colombia el Estado se ha hecho cargo el 27 de mayo pasado de la distribución de las papele tas electorales en todo el país, en un formato que se llamó popularmente tarjetón, con los cuatro principales candidatos. Hasta ese momento había presencia electoral de los partidos en las elecciones sólo donde el partido tenía presencia física, porque las papeletas las repartían los partidos, aprovechando este mecanismo para comprar los votos".Buena parte de la insolvencia del derecho en Colombia deriva del pacto en 1957 entre liberales y conservadores, plasmado en la Alianza Nacional, por el cual liberales y conservadores se repartirían alternativamente el poder, en un régimen presidencialista con un Gobierno formado al 50% por ministros de ambos bandos. La sociedad colombiana, que creyó ver en el pacto un saludable para el fin del estado de guerra civil permanente, lo votó masivamente en un referéndum que introdujo por primera vez en la historia del país elecciones basadas en el sufragio universal de la población adulta.
El consenso social por la reforma de la Constitución es apa bullante y en último momento, el presidente saliente, Virgilio Barco, conmilitón de Gaviria, aceptó el recuento del voto por la Constituyente, aunque no lo consideró vinculante, sino consultivo. Nadie en Colombia está obligado a convocar la Asamblea. Pero la reivindicación lanzada por el movimiento estudiantil no sólo cuajó, sino que indica que una parte de la sociedad puede ser arrastrada a una movilización en favor de la reforma constitucional. Éste es el objetivo de parte de la oposición.
Mientras, está todo por decidir. Desde el mecanismo electoral para convocar una Asamblea hasta si el Parlamento se debe o no disolver a la espera de la reforma, pasando por quién debe dar estos pasos: si el Parlamento votado en marzo pasado, y en cuya contra irían buena parte de las reformas, o el presidente. Lo cierto es que el debate de la reforma conmocionará a la sociedad. Entre otras cosas, porque deberá ajustar constitucionales cuentas con un tema tan delicado como la extradición de los narco traficantes reclamados por la justicia estadounidense. "En el fondo, éste es un tema de soberanía nacional, sobre todo ahora que Colombia tiene una frontera con EEUU en su límite con Panamá tras la invasión Yanqui" del país vecino, espeta Navarro.
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