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En busca de la etiqueta 'verde'

El abuso de anuncios de productos ecológicos confunde al consumidor y perjudica al fabricante

La creciente preocupación por el medio ambiente ha llevado a las empresas a destacar las virtudes ecológicas de sus productos detergentes sin fósfatos, pilas sin mercurio, lacas sin gases clorofluoro carbonos-, que son, según se dice en su publicidad, "amigos de ozono", "energía verde" o parte de la "cadena ecológica". Pero no siempre estos rótulos responden a toda la verdad. Para evitar la confusión del público, la Unión de Consumidores de España (UCE) exige una etiqueta verde oficial como existe en otros países. La CE propondrá a finales de año un reglamento de etiquetado ecológico

Un síntoma de que lo verde vende lo prueba el centenar de personas que la semana pasada pagaron 70.000 pesetas, más un 12% de IVA, por asistir en Madrid al primer simposio sobre marketing ecológico celebrado en España. Sin embargo, el consumidor carece de información suficiente para discernir la veracidad de los argumentos ecológicos presentados por la publicidad.Natividad Cifuentes, coordinadora de Medio Ambiente de la UCE, cita algunos ejemplos: "Pepsi-Cola anuncia la nueva anilla ecológica de sus latas, lo que puede ser más práctico, pero nunca más ecológico, ya que el problema es la lata; el eslogan de Tetrabrik, Para que lo bueno se mantenga, implica un mensaje de conservación que nada tiene que ver con el envase en sí, y las pilas, por limpias que estén de mercurio y cadmio, utilizan en su fabricación una cantidad de energía 50 veces superior a la que producen, lo que tampoco es ecológico". Natividad Cifuentes añade el caso de la Empresa Nacional de Celulosa, denunciada por Greeripeace por sus vertidos en la ría de Pontevedra, "cuya publicidad dice: 'Mejorando las especies forestales, protegiendo el medio ambiente', cuando es de todos conocido que la industria papelera es altamente contaminante".

Para Francisco Díaz Pineda, catedrático de Ecología de la Universidad Complutense de Madrid, es "un contrasentido usar la palabra ecología para favorecer el consumo, como ocurre con la tarjeta de crédito de un banco, que lleva el símbolo de Adena, o con las imágenes de bosques para fomentar los vehículos todoterreno". Díaz Pineda es partidario de la creación de una etiqueta "que indique al con

Publicidad engañosa

Juan José Lecumberri, director de mercadotecnia de 1as pilas limpias" de Ucar, según reza su anuncio, afirma que 1a publicidad engañosa perjudica a todos". Lecumberri asegura que su marca fue una de las primeras en comercializar pilas alcalinas con 0,025 de contenido en peso de mercurio, y considera "fálsa y tendenciosa" la actitud de empresas de la competencia que proclaman en su publicidad usar .energía ecológica para las pilas alcalinas" o "mercurio límite".

Pero la batalla comercial tiene también un efecto positivo. Ana Lorenzo, directora de mercadotecnia de Bristol-Myers, la empresa que comercializa los desodorantes Mum, señala que "en 1984, Mum fue la primera en sustituir los clorofluorocarbonos de los desodorantes con aerosol por el sistema de roll-on [de bola] y ahora son 12 las marcas que lo hacen".

Algo semejante ocurre con los detergentes. Los fosfatos producen un exagerado crecimiento de algas en las aguas en las que son vertidos, y países como Italia, Noruega, Suiza y la República Federal de Alemania (RFA) han logrado eliminarlos completamente. Henkel fue la pionera en España con Persil, y hoy existen

Publicidad engañosa

Juan José Lecumberri, director de mercadotecnia de "las pilas limpias" de Ucar, según reza su anuncio, afirma que 1a publicidad engañosa perjudica a todos". Lecumberri asegura que su marca fue una de las primeras en comercializar pilas alcalinas co 0,025 de contenido en peso de mercurio, y considera "falsa y tendenciosa" la actitud de empresas de la competencia que proclaman en su publicidad usar .energía ecológica para las pilas alcalinas" o "mercurio límite".

Pero la batalla comercial tiene también un efecto positivo. Ana Lorenzo, directora de mercadotecnia de Bristol-Myers, la empresa que comercializa los desodorantes Mum, señala que "en 1984, Mum fue la primera en sustituir los clorofluorocarbonos de los desodorantes con aerosol por el sistema de roll-on [de bola] y ahora son 12 las marcas que lo hacen".

Algo semejante ocurre con los detergentes. Los fosfatos producen un exagerado crecimiento de algas en las aguas en las que son vertidos, y países como Italia, Noruega, Suiza y la República Federal de Alemania (RFA) han logrado eliminarlos completamente. Henkel fue la pionera en España con Persil, y hoy existen otras tres marcas que comercializan detergentes sin fosfatos. Pese a que los fabricantes de fosfatos defienden que éstos son sustancias conocidas y que sólo se requiere controlar su eliminación, Antonio Rosas, ejecutivo de Henkel Ibérica, señala que "los fosfatos son solubles, y las zeolitas que los sustituyen, no". Rosas, que asegura que su marca de detergente es la única que "explica al consumidor que contribuye al cuidado del medio ambiente porque no contiene fósfatos", también está a favor de que se otorgue una etiqueta ecológica que "tenga en cuenta el producto en sí y en su entorno, y su envase".

. La propuesta de etiqueta verde oficial de la UCE exigiría a los productos para concederla el cumplimiento de los siguientes requisitos: "Composición del producto y su envase e impacto ambiental de su sistema de producción y de los residuos que ocasiona". En Japón, Canadá y la RFA existe ya una etiqueta oficial de ecoproductos.

Domingo Jiménez Beltrán, responsable de Política de Consumidores de la Comisión de las Comunidades Europeas, consi dera "una barbaridad hablar de productos ecológicos y un abuso la publicidad que existe de ellos", y defiende un etiquetado ecológico que "tenga en cuenta el impacto ambiental del producto en todo su ciclo de vida y que ayude al consumidor en su elección evitando los anuncios engañosos y la competencia desleal". La CE propondrá para finales de año un reglamento sobre el tema como primer paso del establecimiento de un sistema comunitario para la concesión de los llamados, en la jerga burocrática de Bruselas, lábeles ecológicos.

"Nunca me fijo"

La desconfianza hacia la publicidad y la compra de los productos más económicos sin fijarse en si sus componentes protegen o dañan el medio ambiente son las características que definen el consumo de las amas de casa españolas. Pepita Cervo, vecina de un céntrico barrio madrileño, está convencida de que 1os anuncios son mentira, empezando por los de los bancos". "Nunca me fijo, ni uso suavizantes ni lacas, porque nunca tengo tiempo. Si compro detergentes sin fósfatos es porque han salido ahora", asegura rotunda.Ester Muñoz-tampoco se cree la publicidad verde ni se fija en ella, aunque reconoce que ha dejado de comprar sprays "por el ozono", y es partidaria de una etiqueta oficial que informe al consumidor. Más radical, Martina Garrido, madre de cuatro hijos, señala que "el medio ambiente no es problema de las amas de casa sino de las grandes industrias" y, aunque propone una etiqueta que simplemente diga: "No contaminante", es de la opinión de que la "mejor campaña es la del producto más barato". Y Curra, su compañera de trabajo, añade: "Compro lo que está en oferta y pilas de larga duración pero no sé nada de si llevan mercurio o no. Lo de la publicidad ecológica es un timo y lo útil sería que te dijesen la contaminación que causa lo que consumes".

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