La guerra de los Celtas

Un camarero valenciano, de 47 años, casado y con tres hijos, ha presentado una denuncia contra Tabacalera, SA, al considerar que el consumo de una partida de cigarrillos Celtas cortos en mal estado le ha afectado la salud. Esta marca de tabaco dejó de fabricarse en diciembre del pasado año.

El fumador exige de la empresa, elaboradora de la conocida marca, un examen médico y la devolución de las cajetillas que presentó para ser analizadas en el centro de investigación y control de Tabacalera. Por su parte, la empresa reconoce que los cigarrillos estaban agujereados, pero asegura que no "presentaban anomalías". Tabacalera afirma no poder devolver las cajetillas "porque después del análisis es imposible su recomposición" y ofrece un canje, que el fumador denunciante se niega a aceptar. En la tarjeta de visita de Pedro Morcillo, que fuma un cigarrillo tras otro -antes Celtas cortos-, figuran las profesiones de camarero y letrista de canciones. En noviembre de 1988 Morcillo abrió una de las habituales cajas de 50 paquetes que compraba para su consumo y descubrió que los cigarrillos de algunas cajetillas estaban agujereados.El día 17 de noviembre de ese año presentó en la Oficina Municipal de Información y Defensa del Consumidor.de Valencia una denuncia y solicitó de este organismo, dependiente del Ayuntamiento, una mediación con Tabacalera. Esta empresa, dos meses más tarde, emitió un informe ante la Oficina del Consumidor, comprometiéndose a ponerse en contacto con el denunciante "para ofrecerle las satisfacciones que, como cliente, nos merece". El escrito de Tabacalera señalaba que lo sucedido era "fácilmente soslayable" y recordaba que la empresa tiene un sistema de canje con los expendedores, "de tal forma que las labores en mal estado, prácticamente siempre por mojadura o aplastamiento, son cambiadas por otras en buen estado, sin ningún recargo".

El 26 de julio del mismo año se realizó, finalmente, el acto de mediación entre Pedro Morcillo y el delegado de Tabacalera, quien recibió siete cajetillas selladas para su análisis en el centro de investigación de la empresa. Cinco meses más tarde, el denunciante, que no había recibido respuesta del análisis del tabaco efectuado en Tabacalera, volvió a comparecer ante la Oficina del Consumidor y reclamó las cajetillas entregadas a la empresa. Morcillo afirmó, en esta ocasión, que Tabacalera tampoco le había convocado para la realización de un análisis por el médico de la empresa, tal como se le prometió. Por último, en junio de 1989, Morcillo denunció que Tabacalera no se había puesto en contacto con él y la Oficina del Consumidor le comunicó que su papel de mediación estaba agotado.

Versiones contradictorias

Morcillo presentó, el pasado nueve de abril, una denuncia en el Juzgado de Guardia contra Tabacalera. "Me han tomado el pelo, no me han querido realizar el análisis médico y no me han comunicado el resultado de la investigación sobre los cigarrillos", afirmó. El denunciante asegura que, en una ocasión, el jefe de expendeduría de Tabacalera en Valencia le dijo: "Toma un cartón de Ducados y olvídate del asunto". En la denuncia, que ha correspondido al Juzgado de Instrucción número 19 de Valencia, Morcillo señala que recientemente se ha sometido a una operación de vasectomía y en el análisis se resaltó el elevado colesterol que presentaba. "Aunque no puedo demostrar que sea debido a aquel tabaco", añade.El delegado de Tabacalera en Valencia, José María Guillén, dice que el resultado de la investigación realizada confirma que no se han detectado anomalías en el tabaco analizado. Guillén asegura que, a veces, los puros y, en menor medida los cigarrillos, presentan agujeros, "producto de un bichito dificilmente eliminable al cien por cien".