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Un físico español publica una hipótesis sobre el origen del universo que rechaza el "big bang"

Tomàs Delclós

El origen del universo podría no estar en una gran explosión inicial (big bang), sino que es posible explicarlo como un proceso que viene del infinito de los tiempos y va hacia un futuro cuyo final está, igualmente, en el infinito. Esta tesis, propuesta por el físico español José María Martín Senovilla en un artículo de la revista Physical Review Leners, ha sido reconocida por el director de la publicación Natwe, John Maddox, el cual en un artículo publicado en el número del 17 de mayo de la revista admite que Senovilla ha abierto un camino, aunque "aún muy largo", antes de que el interés por resolver las ecuaciones de Einstein se acabe.

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Senovilla, de 29 años, profesor de la Facultad de Física de la Universidad de Barcelona, ha recibido el apoyo epistolar de varios e ilustres colegas extranjeros para proseguir indagando en la hipótesis que abre su modelo, un modelo que hace una apuesta distinta a la sostenida por científicos como Stephen Hawking o Roger Penrose.El modelo elaborado por Senovilla defiende una idea de universo que en el infinito de los tiempos era casi plano y de baja densidad. Empezó una contracción hasta que la densidad alcanzó un máximo y volvió a expandirse.

Paradojas

"Ahora, por ejemplo, ya estaríamos viviendo la etapa de expansión que se prolongará hasta el infinito". Senovilla explica que la hipótesis del big bang no puede describir correctamente la formación de las galaxias. "Si haces las cuentas desde el big bang resulta que no ha habido tiempo suficiente para que se formaran en el estado en que las conocemos. Es posible, por tanto, que el universo no hubiera sido ni homogeneo, ni isótropo en épocas anteriores"."En mi teoría", explica Senovilla en un humilde esfuerzo para hacer entender sus argumentaciones matemáticas, "se da una solución verosímil para no hablar del big bang como causa original del universo. Es un modelo sencillo, por eso ha tenido tanto éxito, que no pretende dar una explicación exhaustiva. Mi modelo, seguramente, no se ajusta a todos los datos experimentales que tenemos sobre el cosmos, pero abre una vía para elaborar un modelo plausible". La comunidad científica había establecido desde los años sesenta, gracias a trabajos de gente como Penrose o Hawking, que para sostener cualquier modelo verosímil que explicara un universo realista se tenía que recurrir al big bang.

"Yo también compartía esta creencia y, en cierta manera, me llevé una sorpresa cuando pude construir un modelo matemático verosímil y sin big bang". Senovilla explica que su teoría satisface todas las exigencias fundamentales como, por ejemplo, no violar la causalidad (que no sea posible viajar por el tiempo a tu propio pasado), y satisface las llamadas condiciones de energía (que la densidad de energía es positiva). "La paradoja de la teoría del big bang es que es coherente salvo para analizar ese momento inicial del universo, porque la teoría de la gran explosión se argumenta desde una posición que considera este hecho como una excepción, una singularidad. Se era consciente de esta contradicción, pero se aceptaba que no había otra posibilidad, que era una necesidad matemática".

Senovilla rehúye comentar el ajetreo teológico que comporta su tesis. La teología había finalmente aceptado el big bang porque, en el fondo, había un momento, el de la gran explosión, que dejaba actuar a un Dios creador.

Dios y el infinito

Si el universo viene del infinito es más dificil situar el momento de la creación divina. Sin embargo, el risico rechaza polemizar en cuestiones de fe y comenta que muchos de sus colegas que defienden científicamente la edad milenaria de la tierra creen en un libro sagrado que rebaja notablemente la vejez del universo.Senovilla, nacido en Ávila, estudió en la Universidad de Salamanca, la universidad natural de los vecinos abulenses.

Tras doctorarse con el cum laude de rigor, obtuvo una beca Fleming patrocinada por el British Council para trabajar dos años en el Queen Mary College.

Estas dos temporadas en el Reino Unido fueron muy importantes para el desarrollo de su investigación, ya que le permitieron entrar en contacto con especialistas de renombre -por ahí pasaba, por ejemplo, Hawking, a quien Senovilla reconoce su importancia, pero cree que se han publicado adjetivos excesivos sobre su trabajo cuando existen otros investigadores igualmente valiosos sin ninguna popularidad- e intercambiar sus apuestas teóricas en un clima científico insólito en la Universidad española.

En la actualidad es profesor titular de la Facultad de Física de Barcelona.

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