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Ibarrola pintará un bosque ecuatorial

El artista bilbaíno y Guayasamín colorearán árboles cerca de Quito

Andrés Fernández Rubio

"Soy un indio vasco", dice Agustín Ibarrola, para hermanarse con Osvaldo Guayasamín, el artista ecuatoriano con quien próximamente formará pareja artística. Junto a otros pintores, se adentrarán en julio en los bosques ecuatoriales de Quito y llenarán los troncos de dibujos, rayos, líneas y efectos que, previsiblemente, resultarán especialmente sugerentes en la línea divisoria de los trópicos. Ibarrola tiene ya un bosque pintado en el País Vasco, pero ahora abrirá en Suramérica nuevos trazos en la naturaleza.

Mientras tanto, una muestra antológica del artista vasco compuesta de 42 obras, se expondrá durante los próximos meses en 10 países de aquel continente.La iniciativa de pintar el bosque en Ecuador surgió de Guayasamín, después de que éste viera el insólito catálogo en el que se retrata el bosque pintado por Ibarrola en el valle de Oma, a unos 15 kilómetros de Guernica (Vizcaya). Son fotografías de algunos de los más de 500 pinos en cuyos troncos elementos geométricos y ópticos se entremezclan en un juego, artístico.

Guayasamín se quedó encantado y se propuso formar equipo con Ibarrola y otros pintores ecuatorianos. El acto será de fraternidad entre los indios vascos y los ecuatorianos pero no a través del lastre de los 500 años de Descubrimiento sino mediante los vínculos totémicos, dice Ibarrola, "que recaban la experiencia milenaria de nuestros pueblos".

El artista bilbaíno añade que se han iniciado en varios bosques los trámites para conseguir autorización. Luego se escogerá uno de ellos. "Me hace ilusión este encuentro, porque creo que será un intercambio cultural real", dice. De todas formas, evita plantearse lo que va a ser su acercamiento a un espacio natural tan diferente al suyo.

Guayasamín desea que la apertura de la exposición natural sea el siete de julio, día de su cumpleaños, y día de San Fermín para Ibarrola. El motivo del viaje de éste a Ecuador es la inauguración en Quito prevista para julio, de una muestra itinerante que recorrerá diez países: 42 obras, entre esculturas de madera y hierro, grabados, ceras, óleos y acrílicos.

Chile, Argentina, Uruguay Bolivia, Brasil, Venezuela, Costa Rica, la República Dominicana y México son los destinos de la muestra, organizada por el Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI). Se pretende que el artista, en cada etapa del recorrido, tenga un encuentro con los artistas locales, con quienes dialogará del arte en sus facetas.

En Quito la discusión será práctica, y a Ibarrola le gustaría que allí ocurriese lo mismo que en el del valle de Oma, donde "a veces entran las nieblas como nubes y circulan por entre las figuras. Para un artista es como convertir en realidad las leyendas de la zona, estableciendo nuevos contenidos mitológicos".

Hace meses, la Diputación Provincial de Vizcaya compró una parte de la zona de pinos donde se encuentran las pinturas, cuyo mantenimiento costea esta institución. El lugar se ha convertido en centro turístico, por su cercanía a Guernica y a las cuevas de Santimamiñe. "Llega la gente y merienda, y los niños corren por allí. Van autocares enteros, y cuadrillas, y todos con una predisposición nueva: en un país donde se pintarrajean monumentos y hasta las esculturas de los artistas principales, la gente entra en el bosque con un cuidado inmenso, y no quedan papeles ni basuras. Es maravilloso comprobar esto".

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