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El retorno de la musa de los Stones

La cantante británica Marianne Faithftull publica un nuevo disco

Rosa Rivas

Después de siete años de ausencia de la escena musical británica, la cantante y compositora Marianne Faithfull, uno de los grandes símbolos de la década de los sesenta, ha presentado en Londres su nuevo disco, Blazing away, una quema de naves con los momentos más intensos de su agitada biografía. Vinculada a Mick Jagger durante la época más desmadrada de los Rolling Stones, Marianne Faithfull insiste en que fue algo más que una niñata seguidora, una groupie de un grup de rock

Para la galería, fue una buena chica que andaba con chicos malos. Una rubia y elegante jovencita de maneras aristocráticas, hija de una bailarina austrohúngara y un filólogo británico, dos intrépidos espías que se divorciaron cuando ella tenía seis años. Marianne Faithfull, pasó de la inocencia del internado a la vorágine rockanrolera. Después un primer marido, un encuentro con el representante de los Rolling Stones, un primer y famoso disco -As tears go by-, un hijo que apenas gateaba y su unión con Mick Jagger. Son los tiempos de Hair, de las excentricidades, de fiestas orgiásticas, de redadas por drogas en casa del roffing Keith Richards... Más música y más éxito, algo de teatro, un aborto, un intento de suicidio, el tormentoso final con Jagger, todas las vacilaciones del mundo torbellino de alcohol y heroína un par de años vagando y durmiendo en las calles de Londres, refugio en el anonimato y una reciente recuperación: "Hace cuatro años que no me pincho, no bebo alcohol y ahora sólo fumo porquería light, pero casi un paquete, no tres como antes", dice con su voz ronca."Todos han ganado dinero con los años sesenta menos yo", afirma a propósito de sus compañeros de excesos juveniles. "Fue una época muy dura, sobre todo para la gente que se salía de la norma; creó perdedores". Precisamente en estos días ha recuperado a una compañera de generación, Anita Pallemberg. "Ella también está limpia. Estuvimos de compras, salimos a cenar... Nos preguntamos: ¿qué hemos ganado de estos tiempos?, ¿sólo un par de canciones? Pues no. He aprendido algo: la tengo a ella. Su amistad es algo grande, significa más para mí que todo el rollo de los Rolling Stones. La gente no entendía nuestra posición, pensaban que yo era una simple groupie. Es ridículo. No tengo nada en contra de las groupies, muchas de mis amigas lo eran, y lo cierto es que las seguidoras hacen un buen servicio al rock and roll, un servicio sexual, pero yo no me dedicaba a eso".

La gran resaca

Faithfull superó la gran resaca de los años sesenta y rompió el silencio en 1979, con el álbum Broken English. "Pensé que no volvería a cantar, me veía incapaz, pero poco a poco me di cuenta de que tenía muchas cosas que decir, de que necesitaba trabajar, y empezé a esforzarme. Me costó mucho reunir el material para el disco, pero me fui haciendo más segura, menos dubitativa y más involucrada en la música. Siempre he sido muy ambivalente, muy extrema, nunca sabía lo que realmente quería hacer; pero ahora he adquirido un compromiso serio con mi trabajo, dejando a un lado mis fantasías. Creo que es estúpido esperar milagros en el rock and roll, es algo muy difícil, un camino lleno de misoginia. Lo que intento es no juzgar y no verme envuelta en la mierda. Quiero ir a mi aire, y sobre todo creerme a mí misma. De joven era muy inocente, y cuando tienes ideales ridículos te deprimes si no los consigues. Lo que trato ahora es de no desperdigarme, de no desbarrar, sino de centrarme. Estoy más con los pies en la tierra y no me quedo hecha polvo cuando las cosas se joden".Durante un tiempo enseñó a componer en Estados Unidos, país al que marchó porque obtener droga allí era más fácil. Ahora vive en una casa de campo cercana a Dublín, con su tercer marido, un escritor norteamericano. Sometida a un tratamiento de desintoxicación, no duda en hablar de sus bajadas a los infiernos y también de sus salidas.

"Mi madre me alimentaba con fruta fresca y vegetales", dice. "Creo que esto hizo que después mi cuerpo resistiera, porque ahora me siento en forma. Durante mi adicción estuve realmente enferma, se me caían los dientes, el pelo, las uñas... Luego todo volvió a su ser. Me dijeron que no llegaría a los 40, pero cuando los cumplí pensé: pues aquí estoy".

Y a sus 43 años, Marianne Faithfull quiere demostrar que está viva: "Estoy limpia y no destrozada, como muchos pensaban". El disco que ahora promociona por el mundo, Blazing away, grabado en noviembre de 1989, incluye 13 canciones que resumen momentos de drogas, sexo, violencia y desesperación. "Es una mirada atrás, pero también un punto de partida".

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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