El Gobierno mantendrá su política penitenciaria pese a la muerte del grapo José Manuel Sevillano
El preso de los GRAPO José Manuel Sevillano Martín, de 30 años, falleció a las 13.35 de ayer, como consecuencia de una parada cardiaca, en el Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, donde se encontraba ingresado, tras haber permanecido en huelga de hambre desde el pasado 30 de noviembre. El ministro de Justicia, Enrique Múgica, anunció que no modificará la política de dispersión penitenciaria de terroristas. Las fuerzas de seguridad del Estado, que se encuentran en estado de alerta, extreman las precauciones para prevenir un eventual atentado, anunciado por los terroristas en respuesta a la muerte de su compañero.
Mágica lamentó ayer en Oviedo la muerte de José Manuel Sevillano, y anunció que su departamento no modificará la política penitenciaria de dispersión de terroristas que lleva a cabo, informa Javier Cuartas.Múgica añadió que se hará lo posible, "como hasta ahora", por salvar la vida de todos los presos en huelga de hambre, "porque la vida es el valor supremo", y tuvo después palabras de homenaje para el médico José Ramón Muñoz, muerto el 27 de marzo en Zaragoza por los GRAPO.
El ministro afirmó: "Ni el Gobierno ni la sociedad son responsables de esta muerte. Los responsables son la organización y los cómplices que transmiten las consignas a las cárceles" (en clara alusión a los abogados de los presos). Explicó que Sevillano tras aceptar alimentarse había vuelto a la huelga de hambre por presiones externas y culpó de su muerte a "los que con su fanatismo le han inducido a llegar a este final". El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, calificó anoche en Jaen la noticia de "suceso luctuoso", pero no quiso hacer ningún comentario político al respecto, informa Pedro Valderas.
José Manuel Sevillano inició la huelga de hambre junto a otros 60 grapos el 30 de noviembre de 1989, en protesta por la política penitenciaria de dispersión adoptada por Justicia.El recluso fue dado por muerto hace nueve días por el Ministerio de Justicia, por un error en la interpretación de un parte médico. Sevillano se encontraba en aquel momento en estado crítico y había sufrido una parada respiratoria y otra cardiorespiratoria que lo sumieron en un estado irrecuperable. Desde entonces había estado internado en estado comatoso y con una mínima actividad cerebral en la unidad de cuidados intensivos del hospital Gregorio Marañón.
Otros dos miembros de la organizaclón, Jaime Simón Quintela y Joaquín Calero Arcones, se encuentran en estado crítico en el mismo centro sanitario. Estos reclusos son dos de los 38 grapos que aún permanecen en huelga de hambre, de los 60 que iniciaron a finales de noviembre esta medida de presión.
Entereza
Manuel Sevillano, el padre del grapo fallecido, guardó en todo momento una gran entereza. Cuando el doctor Guerrero Sanz, responsable de la UCI del hospital, leyó el parte de defunción, Manuel Sevillano no quiso hacer declaraciones. Más tarde sólo afirmó: "Ya pasó todo", y manifestó su deseo de llevarse el cuerpo de su hijo lo antes posible para que sea enterrado en Marchena (Sevilla), su pueblo natal Manuel Sevillano abandonó el hospital poco después, por una puerta trasera. El cadáver de José Manuel Sevillano fue trasladado al velatorio, a la espera de la decisión del juez.
Sevillano es el segundo miem bro de los GRAPO que muere como consecuencia de una huel ga de hambre. El primero fue Juan José Crespo Galende, quién en 1981 falleció después de 96 días sin ingerir alimentos.
José Manuel Sevillano tenía 30 años. Inició la carrera de derecho, pero al poco tiempo aban donó los estudios. Posterlormente, fue jornalero hasta que en 1985 decidió integrarse en los GRAPO junto con su mujer, Rosario Narváez, y sus cuñados Antonio Narváez y María Jesús Romero.
Tras cometer sendos atracos en Alicante y Granada en 1986 y 1987, fue detenido. La Audiencia Nacional le condenó a penas que sumaban 24 años y 7 meses de cárcel por varios delitos entre los que figuran dos robos con intimidación, pertenencia a banda armada y tenencia llícita de armas
Su esposa, Rosario Narváez se encuentra Interna en la prisión de Yeserías, por su participación en varios atentados. María Jesús Romero, cuñada de Rosario, es una de las activistas más buscadas y está acusada por la policía de ser la autora del asesinato de médico José Ramón Muñoz.
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