Luis Landero gana el Premio Nacional de Literatura en apretada votación
La dura competencia con 'Todas las almas', de Javier Marías, provocó seis empates
El novelista Luis Landero ganó ayer el Premio Nacional de Narrativa por su obra Juegos de la edad tardía, que también obtuvo, hace algo más de un mes, el Premio de la Crítica. La discusión del jurado duró dos horas y media y, tras seis empates entre la novela de Landero y Todas las almas, de Javier Marías, se tuvo que proceder a una votación ponderada, es decir, otorgando puntuación al secretario del jurado, que normalmente no vota. El Premio Nacional de Narrativa, otorgado por el Ministerio de Cultura, tiene una dotación de dos millones y medio de pesetas.
Pocas veces el Premio Nacional de Narrativa ha tenido que optar entre obras tan diferentes de estilo y temática como este año. A priori resultaba sumamente difícil poder comparar novelas como Juegos de la edad tardía, de Luis Landero, o El mecanógrafo, de Javier García Sánchez, con libros como En la penumbra, de Juan Benet, Todas las almas, de Javier Marías, La gran ilusión, de Miguel Sánchez-Ostiz, o La tierra será un paraíso, de Juan Eduardo Zúñiga; o con autores jóvenes como Agustín Cerezales (Perros verdes) o Manuel Rivas (Un millón de vacas). Todas ellas candidatas al Premio Nacional.Integraban el jurado Luis Goytisolo, Ana María Moix, Fernando Savater, Ramiro Fonte, Carlos Galán, Javier Fernández de Castro, Lola Salvador, Miquel Dolç, del Institut d'Estudios Catalans, Ibon Sarasola, por la Vasca, y Carlos Casares, por la Gallega. Francisco Ayala, de la Real Academia Española, no asistió, ya que se hallaba en Argentina.
La revelación del año
Luis Landero ha sido la revelación del año con Juegos de la edad tardía, una novela que más de un especialista calificó como de estirpe cervantina y escrita con el corazón por delante. Editada por Tusquets, ha vendido 20.000 ejemplares en cinco ediciones y ahora se prepara la sexta. "Ya la veo como algo ajeno a mí, incluso a veces enojoso", dijo ayer Landero, "estoy saturado de ese libro. Tardé ocho años en escribirlo y fue duro, porque al hacerlo me había comprometido con un estilo que yo notaba que me era ya necesario cambiar". La popularidad le ha hecho mella: "Con tanto trasiego, echo de menos más horas para escribir y, sobre todo, aquel modo de escribir digamos irresponsable que podía cultivar; ahora ya no hago mi Diario, sino que cuando no escribo narrativa me pongo a urdir artículos que me han encargado, cosas así menos espontáneas y más profesionales: es lo que se espera de mí, y antes no se esperaba nada". Pero Landero trabaja en una nueva novela, aún sin título. "Voy lento", señala, "porque necesito monotonía, continuidad. Es un argumento complicado, la historia de un niño y un viejo unidos por el amor y por la sabiduría. Está situada en un marco rural, pero más bien vago".
Exito
Javier Marías ha logrado un gran reconocimiento con Todas las almas, aunque como autor no se considera capacitado para intuir las razones de ese éxito. "La veo como una novela emparentada con la anterior, El hombre sentimental", dijo Marías, "podría incluso definirla como prima hermana. Quizá, con todo, Todas las almas sea más compleja". El novelista parece haber abandonado, por ahora, su faceta de traductor: "Aunque nunca he traducido por dinero, la verdad es que se trata de una ocupación muy mal pagada en España". Todavía no anda metido en otra novela, si bien ya le rondan algunas ideas. "Suelo dejar que pase tiempo entre una novela y otra", dijo, "porque para mí un libro no se acaba cuando pongo el punto final, ni siquiera cuando lo veo publicado: por asi decirlo, durante una temporada me sigue impregnando".
Babelia
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