Pareja Obregón prefiere los novillos mansos al aire
Las Ilusiones de triunfo que traía Martín Pareja Obregón se estrellaron en su lucha contra el viento, según comentaba después del festejo: "Lo peor para mí es el aire, hasta el punto de que prefiero pelear contra novillos mansos, que al menos tienen su lidía y puedes lucirte. Pero con el aire es totalmente imposible". Su mayor decepción fue que por esa causa no logró dar ni una sóla verónica en toda la tarde: "Noté en seguida que la afición de Madrid me esperaba, sobre todo con el capote, que es lo que a mí más me gusta y mayor fama me ha dado, pero el viento nos impidió a los tres toreros ni si quiera intentar un sólo quite". Pareja se iba, pese a todo, muy contento del público de Las Ventas: "No se por qué algunos compañeros lo critican. Ni duro, ni nada, lo que ocurre es que analiza mucho, como es su obligación". Y aprovechaba hábilmente para proclamar: "Que sepa la empresa que si no encuentra novilleros para Madrid, aquí estoy yo, dispuesto a torear siempre que quiera. Bueno, y si los encuentra, también quiero repetir". La broma seguía al referirse a sus tan habituales fallos con la espada: "Ahí sí que he cumplido con las expectativas, ¿no?. No hay manera de que les vea la muerte, reconozco mi inutilidad, pero aprenderé". El argumento del aire también servía de excusa a Punta: "En mi primera faena saqué buenos muletazos, que gustaron en los tendidos, pero el aire me molestó lo suficiente como para no calar del todo". Agregaba que para colmo también falló con la espada. Pese a los problemas del aire, no coincidía con Pareja: "Yo creo que un manso es peor". Y ponía de ejemplo a su segundo enemigo, al que calificaba de imposible. Mansedumbre con peligro y aire se habían juntado en el novillo que abrió plaza, decía Posada, que añadía que el cuarto sí tenía casta, pero se paraba a mitad de los pases y al final se rajó: "Por eso, aunque no desentoné, tampoco llegué a interesar al público, lo que comprendo". Afirmaba que nunca ha tenido suerte con los lotes en Las Ventas y que en su próxima actuación irá él por la mañana al sorteo para elegir su lote. Los dos últimos festejos del abono los ha presenciado el matador de toros Gregorio Tébar El Inclusero, que este año se retira al cumplirse un cuarto de siglo desde que se doctoró en Valencia. El Inclusero destacaba la labor de Lozano el lunes: "Se merendó a dos figuras, lo cual ahora no es tan dificil. Antes era menos frecuente, porque las figuras poseían más solidez". El diestro, que dirigió dos años la escuela taurina de Alicante -ciudad en la que reside-, hasta que en 1989 el alcalde la cerró, se despedirá de aquella afición en la próxima feria de San Juan, en la que está anunciado el domingo 17 de junio. Ha venido a Madrid a comprarse varios capotes y a negociar con la empresa su despedida de Las Ventas: "Creo que la merezco, pues he hecho el paseillo aquí más 60 tardes y gozo de cartel entre los aficionados de verdad".
Babelia
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