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lliescu, seguro de su victoria en Rumania

El presidente rumano, Ion Iliescu, está seguro de su victoria en las urnas el domingo próximo, rechaza categóricamente las acusaciones de autoritarismo seudocomunista que vierte contra él la oposición y está notoriamente molesto con las críticas a su gestión y a la campaña electoral que se han vertido en Occidente. En una larga entrevista con observadores internacionales llegados a Rumania para controlar las elecciones, Iliescu echó ayer en cara a Occidente el haber elogiado, halagado y recibido a Nicolae Ceausescu años después de que él rompiera con la política del dictador.

Los tres candidatos a la presidencia de Rumania comparecieron en la noche del jueves en el primer debate televisado en directo entre contendientes electorales que se celebra en el Este de Europa desde el desmoronamiento de los regímenes comunistas. Sobre Bucarest pendía en esos momentos la sombra de nuevos enfrentamientos entre partidarios y adversarios del Frente de Salvación Nacional (FSN).Los tres candidatos -Ion Ilescu, del FSN; Radu Campeanu, del Partido Nacional Liberal (PNL), e Ion Ratiu, del Partido Nacional Campesino- dieron un ejemplo de moderación en un logrado intento de apaciguar al final una virulenta campaña electoral. Ratificaron su compromiso con el consenso básico en los Fines democratiz adores, si bien quedó clara la profunda desconfianza que existe entre las diferentes fuerzas de este país. Siempre existió, y en las breves fases democráticas de este país tuvo consecuencias tragicas que siempre favorecieron a las diversas dictaduras, desde Carol II hasta Ceausescu, que han marcado este siglo en Rumania.

Alternativa

Los observadores internacionales, entre los que figuran los miembros de una delegación del Consejo de Europa, se entrevistaron asimismo con Petre Roman, quien expresó su intención de buscar una alternativa de centroizquierda en Rumania similar a los socialdemócratas que gobiernan en España y Francia.

Iliescu, por su parte, defendió un proyecto político cuyo fin es una socialdemocracia de tipo escandinavo. La noche del jueves al viernes transcurrió con tranquilidad, a pesar de que se cumplía el ultimátum del presidente Ion Iliescu a los estudiantes que desde hace tres semanas acampan en la plaza de la Universidad, en pleno centro de Bucarest, en demanda de la retirada de todas las candidaturas de ex líderes comunistas en las elecciones, especialmente de la de Iliescu. El hecho de que el ultimátum coincidiera con un mitin del Frente de Salvación Nacional, el partido de Iliescu, a pocos kilómetros del campamento estudiantil, declarado "primera zona libre de neocomunismo en Rumania", había hecho temer que se produjeran incidentes en la capital.

Dirigentes del Frente de Salvación Nacional tuvieron que hacer frente a grupos de sus simpatizantes que tras el mitin en la plaza de los Aviadores, en Bucarest, querían acudir a la plaza de la Universidad para "dar su merecido" a los estudiantes que exigen una depuración de mandos comunistas

Gamberros

Éstos son unos "gamberros" y vagos" que con sus demandas y manifestaciones están haciendo daño a la imagen de Rumania en el exterior, según la amplia mayoría de los seguidores del Frente de Salvación Nacional y, según todos los indicios, del país en general.

"Nosotros estamos unidos, nosotros no estamos pagados", gritaban los seguidores del FSN que, en parte organizados desde fábricas estatales, acudieron al mitin. La hostilidad de los participantes contra los dos contendientes de Iliescu en la carrera electoral hacia la presidencia se vertía sobre todo en ataques a "los emigrantes", en referencia a los rumanos que huyeron tras la toma del poder comunista en 1948 o durante la dictadura de Ceausescu.

Acusaban a los "emigrantes" de haber "traicionado al país", haber vivido lejos de las dificultades padecidas por la población rumana y de volver ahora "para comprar con sus dólares" el país y querer reconstituir un Estado feudal. Todos aseguran ser anticomunistas, pero la mayoría defiende el Estado proteccionista y tutelar que han conocido toda la vida.

Una joven discrepante decía en una calle céntrica de Bucarest: "Yo votaré a Campeanu para no votar a Iliescu. Mi madre votará a Iliescu porque, según dice, ni Campeanu ni Ratiu comieron en los últimos años la misma bazofia que nosotros. Yo le contesto que tampoco Iliescu comía la misma basura que nosotros en sus restaurantes de la nomenklatura"

Democracia

"Ya sabemos que la compañía Veintitrés de Agosto no produce beneficios, pero son muchos los que allí trabajan. El FSN no cerrará nunca esa fábrica", decía a coro en la plaza de los Aviadores un grupo de seguidores del Frente que se declaraba partidario de "una democracia específicamente rumana".

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