Prunskiene, jefa del Gobierno lituano, en el Kremlin

Hasta la una de la tarde de jueves 17 de mayo esperó e Kremlin para hacer saber que había dado luz verde a la entrevista entre el presidente Mijaíl Gorbachov y la primera ministra lituana, Kazimiera Prunskiene, según manifestaron medios lituanos que participaron directamente en la operación de lograr el diálogo entre Moscú y, ViIna. Los me dios no quisieron identificar a representante de Gorbachov en estos contactos.A la entrevista asistió también el jefe del Gobierno, Nikolái Rizhkov, quien, según la fuentes, habría ejercido una influencia negativa en el clima de diálogo. La hora en la que el Kremlin decidió conversar no es irrelevante, por cuanto puede reflejar la influencia, según observadores políticos, del clima en el Congreso de la República Federativa Rusa. Par sorpresa de muchos, los sectores radicales han ido marcando el tono y han ganado, uno tras otro, todos los puntos de procedimiento y un orden del día que incluye un rendimiento de cuentas del actual Gobierno ruso y la discusión de la soberanía de Rusia y la elaboración de un nuevo Tratado de la Unión. Gorbachov sigue atentamente las sesiones del Congreso ruso desde un palco, y su rostro parece preocupado por el espectáculo, apasionado vehemente, que ante él se desarrolla. Si Borís Yeltsin es elegido presidente de Rusia, frente a su oponente, Alexandr Vlásov, actual jefe del Gobierno de la República Federativa Rusa, Gorbachov podría verse privado de poder real en la república que ha sido eje y columna vertebral de la URSS. Medios del Comité Central del PCUS han expresado temor de que Gorbachov pudiera acabar convertido en el presidente de una Confederación de repúblicas con funciones de defensa, política exterior y seguridad.

Al defender el futuro de la URSS como único Estado (y por ello rechazar iniciativas como la creación del Partido Comunista Ruso), se enfrenta no sólo a los sectores independentistas periféricos, sino también a los conservadores rusos y a algunos medios dirigentes del PCUS.