La Comisión propone mas control político sobre el banco central europeo
, Los cuatro representantes nombrados por los jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Europea tendrán más peso que los gobernadores de los bancos centrales en las decisiones del futuro Eurofed, o banco central de la CE, según el proyecto de la Comisión Europea. Los ministros de Exteriores de los Doce discutirán el sábado en Dublín la propuesta sobre el funcionamiento de la unión económica y monetaria. En ella se contempla además el incluir en los tratados "una serie de principios sobre las políticas económicas de la Comunidad en su conjunto y de cada Estado por separado".
La Comisión Europea reclama para sí el reforzamiento de sus competencias en base a que "la exigencia de una responsabilidad democrática (del Eurofed) implica la intervención de un órgano ejecutivo que sea responsable ante el Parlamento europeo". Rechaza a la vez que las competencias que tiene atribuidas puedan ser repartidas "en beneficio de organismos que escaparían al control" de la Eurocámara.El futuro banco central europeo, para el que se sugiere el nombre de Eurofed, tendrá la responsabilidad de fijar la política monetaria de la Comunidad y el poder de emisión del ecu. Gestionará los tipos de cambio y participará en la coordinación de la vigilancia de las entidades de crédito y en la organización del mercado de capitales. Asumirá gran parte de la política exterior monetaria de los doce. Como instrumento, dispondrá de un porcentaje, aún no establecido, de las reservas de divisas de los Estados miembros.
La dirección del Eurofed corresponderá a un consejo de directores, integrado por los 12 gobernadores de los bancos centrales. A ellos se añaden cuatro miembros nombrados por el Consejo Europeo. Uno de estos cuatro será el presidente, por un mandato de cinco años renovable una vez.
Los miembros del consejo de directores sumarán 106 votos, pero su poder de decisión estará ponderado en relación al peso de cada país en la CE. Entre los cuatro nombrados por la cumbre sumará 30 votos. Del resto, los gobernadores de los bancos centrales de la RFA, Francia, el Reino Unido e Italia tendrán 10 votos cada uno. El español, ocho; cinco el holandés, belga, griego y holandés; tres el irlandés y el danés, y dos el luxemburgués.
Por mayoría
Las decisiones serán tomadas "por mayoría simple o por mayoría especial de 74 votos", lo cual exigiría la unanimidad de todos los gobernadores de bancos centrales para impedir el bloqueo que pudieran ejercer los representantes nombrados por los jefes de Estado y de Gobierno. Sin embargo, éstos, según el proyecto, "ejercerán sus funciones con plena independencia dentro del interés general de la Comunidad".
La propuesta supone un cambio de posición con respecto al llamado Informe Delors. La independencia total reclamada por los gobernadores de los bancos centrales para decidir la política monetaria común se vería de hecho hipotecada por los representantes nombrados por los Gobiernos.
Según diversos expertos, se ha producido una desviación sustancial sobre el modelo inicial calcado del Bundesbank de la RFA". La Comisión parece haber cedido a las presiones políticas de la mayoría de los doce, aunque ahora deberá hacer frente a las resistencias alemanas.
La unión monetaria deberá ser ejercida en paralelo con la unión económica, para lo cual se prevén orientaciones plurianuales (tres años) decididas por el Consejo Europeo de acuerdo a las propuestas del consejo de ministros de Economía y de la Comisión Europea. Las adaptaciones necesarias para la economía de cada país se tomarán con un informe que deberá estar elaborado cada año antes del 30 de junio.
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