Tres geos protegen la Embajada española en Guatemala tras las amenazas de los 'escuadrones de la muerte'
Tres miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO) protegen desde hace unas semanas la Embajada de España en Guatemala, después de que el Ejército Secreto Anticomunista, uno de los nombres que utilizan los escuadrones de la muerte en este país centroamericano, amenazase con perpetrar una serie de atentados contra los diplomáticos y sus familiares. El Gobierno del presidente Vinicio Cerezo ha facilitado seguridades adicionales con el envío de policías que vigilan la cancillería, la residencia y los desplazamientos de los diplomáticos.
La Embajada española fue asaltada el 31 de marzo de 1980 por el Ejército y la policía, tras ser ocupada por un grupo de campesinos. Un total de 35 personas murieron abrasadas; entre ellas, el secretario de la representación diplomática, Jaime Ruiz del Árbol. El propio embajador, Máximo Cajal, resultó herido. España rompió, en señal de protesta, las relaciones diplomáticas, reanudadas el 22 de septiembre de 1984, tras reconocer Guatemala sus responsabilidades en los hechos.El ministro de Asuntos Exteríores, Francisco Fernández Ordóñez, obtuvo de Cerezo las más completas seguridades de que se protegerán los intereses españoles en Guatemala. Ambos mantuvieron una entrevista el pasado martes en San José de Costa Rica, donde ambos se encontraban para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente, Rafael Calderón.
Las amenazas de los escuadrones de la muerte son frecuentes en el país centroamericano y, sobre todo cuando los destinatarios son guatemaltecos, se llegan a cumplir. No obstante, fuentes diplomáticas consideran que ni la Embajada ni su personal se encuentran actualmente en una situación de alto riesgo. El origen inmediato de la situación es el papel de apoyo ("pero sin injerencia", señalan esos medios) que España está prestando al diálogo para poner fin a un conflicto armado que dura ya 30 años, aunque está un tanto oculto informativamente por la dinámica de los acontecimientos en otros países del área, como Nicaragua y El Salvador.
Diálogo en Madrid
A finales de este mismo mes se celebrará en Madrid una reunión entre representantes de la guerrilla de la Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y de los partidos políticos, tras el acuerdo alcanzado en tal sentido en Oslo, el pasado 30 de marzo, por los rebeldes y la Comisión Nacional de Reconciliación (CNR). El plan prevé que, con posteríoridad, se establezca un diálogo directo entre la guerrilla y el Gobierno.El embajador español, Juan Pablo de la Iglesia, asegura que la actitud del Gobierno es la de "propiciar la política de reconciliación", pero "sin tomar iniciativas que puedan considerarse como injerencia en los asuntos internos de Guatemala". Para la cita de Madrid, añade, "se está a la espera de que las partes indiquen cuáles son sus necesidades, sobre todo de tipo logístico, de forma que no se produzca ningún tropiezo".
Aunque el mandato de Cerezo no concluye hasta diciembre, Guatemala vive ya una intensa campaña electoral. Las elecciones se adelantarán probablemente un par de meses y se pronostica un rotundo fracaso para el partido del actual presidente, la Democracia Cristiana. Su candidato, Alfonso Cabrera Hidalgo, lleva todas las de perder frente al aspirante de la Unión de Centro Nacional, Jorge Carpio Nicolle, que fue barrido por Cerezo hace cuatro años.
La actual Administración no ha sido capaz de sacar al país ni de la guerra ni de la ruina económica. Recientemente se han adoptado medidas de austeridad. Las buenas intenciones de Cerezo se han estrellado contra el auténtico poder, el de los militares, que incluso han amagado con tres intentos de golpe de Estado.
Campesinos asesinados
Hace dos días, seis campesinos fueron asesinados en una acción que lleva la marca de los escuadrones de la muerte. No fue un caso aislado. Un informe de la Comisión de Derechos Humanos revela que en 1989 hubo 439 ejecuciones extrajudiciales, 120 desapariciones y 15 matanzas en zonas rurales en las que murieron 64 campesinos. [Por otra parte, el coronel salvadoreño Guillermo Benavides, a quien se acusa de ser el responsable de la matanza de los seis jesuitas en El Salvador, el mes de noviembre, negó al Washingtor Post cualquier relación con el asesinato, lo que plantea nuevas interrogantes sobre la verdadera identidad de los autores, informa la agencia Efe].
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