La UEO defiende un nuevo sistema de seguridad europea sin marginar a la URSS

El Consejo de Ministros de la Unión Europea Occidental (UEO), a la que pertenecen todos los países de la CE salvo Dinamarca, Grecia e Irlanda, abogó ayer en Bruselas por un nuevo sistema de seguridad europea en el que la Unión Soviética no quede marginada a causa de sus problemas internos ni reciba compensaciones por su retirada de fuerzas en Europa. A la cumbre de la OTAN del próximo mes de junio y a la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), que se reunirá en noviembre, corresponderá definir el nuevo marco de estabilización europeo.

Los ministros de Exteriores español, Francisco Fernández Ordoñez, y de Defensa, Narcís Serra, tuvieron un papel muy activo en la primera reunión ministerial de la UEO a la que España asiste como miembro de pleno derecho. Aunque la candidatura fue aceptada en abril de 1988 y el estatuto de observador activo concedido en noviembre de ese mismo año, la ratificación como socio se produjo el pasado 27 de marzo. La posición española es que la seguridad europea ha de tomar muy en cuenta la situación extracontinental, especialmente la de los países mediterráneos.Fernández Ordóñez solicitó una cumbre europea en el marco de la CSCE para estudiar específicamente el tema del Mediterráneo. Esta petición, lanzada por primera vez en la reunión de la OTAN en Ottawa, obtuvo ayer el respaldo total de Francia e Italia y un eco favorable de los otros seis países miembros. "El Mediterráneo", explicó el ministro, "es un foco de inestabilidad y una concentración de problemas demográficos, políticos, de armamento, económicos y ecológicos, sin hablar del fundamentalismo religioso".

Paradójicamente, España inauguró su participación de pleno derecho en la UEO con la consideración de que esta organización "tiene un papel transitorio, hasta que la CE asuma las competencias en materia de concertación para una política de seguridad europea". Los jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad deberán tomar una decisión el próximo sábado en Dublín sobre la puesta en marcha de la unión política, un nuevo reto al que sólo se opone la primera ministra británica, Thatcher.

El futuro papel de la OTAN o la creación de "la Afianza Atlántica renovada", en expresión del ministro francés Roland Dumas, está lleno de incógnitas, en especial en lo que se refiere a la revisión de la estructura militar o incluso a si ésta se mantiene o desaparece.

El ministro alemán Hans Dietrich Genscher encontró un apoyo generalizado a la necesidad planteada de evitar que la URSS "se encuentre empujada al margen de Europa por sus problemas internos". La cumbre de junio de la OTAN y la reunión de la CSCE en noviembre serán, a su juicio, los foros para fijar esa cooperación.

Francia y España apoyan la idea del secretario general de la UEO, Willem van Eekelen, de crear unidades multinacionales de Defensa, una especie de embrión de Ejército Europeo.

Por otra parte, ayer comenzó en Budapest la segunda rueda de negociaciones de "cielos abiertos" entre siete Estados del Pacto de Varsovia y 16 países del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en el marco del proceso de Helsinki. La reunión, inaugurada por el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Gyula Horn, terminará en tres semanas y los observadores no prevén la firma de un acuerdo entre ambos pactos militares por la oposición de la Unión Soviética, informa Vivianne Schnitzer desde Viena.