Orquesta de los dos Berlines

La IX edición del Festival Internacional de Orquestas Juveniles de desarrolla desde el lunes en la capital murciana y en ciudades y pueblos de la región con niveles tan altos como el marcado por la Orquesta del Conservatorio de Leningrado, mientras las formaciones de Murcia o Galicia nos hablan de los resultados positivos de este encuentro.Desfilan por las calles de la capital murciana los cofrades de los Colorados, y entre tanto, en el teatro Julián Romea, la orquesta de los conservatorios de Berlín (Este y Oeste) estrena Óleo, de Agustín Charles, evocan a Haydn a través del Concierto en re para violonchelo y desgranan el último Strauss, autobiográfico a pesar de su objetividad, triste y apenado, que nos llega en Metamorfosis

Agustín Charles

La obra de Charles (Manresa, 1960) ganó el año pasado el concurso de composición unido e este festival y, ha sonado ahora en la versión de los jóvenes músicos berlineses, dirigidos por la maestra Konstatia Gourzi. Es una página plena de sutilezas, atenta a un mundo sonoro en el que la sorpresa nunca es violencia, pensada y escrita con rigor de modo que los valores de coherencia, equilibrio, concrección y continuidad otorgan perfecciones de clásica a una ideología y unos procedimientos muy actuales.

Charles, en sus cinco años de brillante carrera, acumula una docena de premios importantes a partir del que le concediera en 1985 la Generalitat. Luego, los de la Fundación March, la Sociedad de Autores, la ciudad de Valencia, el Reina Sofía de la Fundación Ferrer Salat, el Conservatorio de Badalona o el Festival de Murcia definen los plurales y bien caracterizados perfiles del músico, uno de los valores más seguros de la generación de 1961.

Estuvo un poco corto el violonchelista Sebastián Dörfler en el Concierto de Haydn, aún cuando su estilo es limpio y su concepto adecuado. El director Roger Boggasch, montó con emoción y claridad la difícil polifonía de Metamorfosis, escrita por Strauss con verdadero viruosismo, pero tanibién tocada por la emoción de un momento trágico en la historia de su país. La alusión a la marcha fúnebre de la Heroíca de Beethoven, nos orienta sobre el significado de una página que bastaría para cimentar la fama de un compositor. El pú blico respondió con entusiasmo. Se sintió "tocado" por los pentagramas straussianos, pero antes había dispensado a la contemporaneidad de muy largas ovaciones que el autor catalán recogió desde el escenario en unión de sus excelentes intérpretes.

Cada día, en la Plaza de la Cruz, ante la catedral, las diversas orquestas tocan al aire libre y reunen en torno a sí a un auditorio que sigue las versiones en absoluto silencio, cosa que parece más propia de Viena o Salzburgo que de las latitudes mediterráneas. Es una forma de acercar la música al pueblo sin mayor énfasis como un hecho espontáneo y natural.