Barco niega que el Gobierno colombiano negocie con los narcotraficantes

El presidente colombiano, Virgilio Barco, negó ayer que su Gobierno haya mantenido contactos con los narcotraficantes y pidió a la comunidad internacional que haga el máximo esfuerzo para combatir la demanda de droga, por considerar que en ella está "la clave definitiva para controlar el problema".

Barco intervino, junto a Margaret Thatcher y el secretario de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, en la sesión inaugural de la conferencia ministerial sobre drogas que discute en Londres medios para atacar un fenómeno que mueve 500.000 millones de dólares al año.Virgilio Barco desmintió en conferencia de prensa que haya habido contactos entre la presidencia y los narcotraficantes colombianos, a quienes declaró la guerra el pasado verano. "Hubo contactos con la familia del secretario de la presidencia, el doctor Montoya", cuyo hijo Álvaro fue secuestrado y liberado recientemente por elementos del cartel de Medellín. "Fue un acto humanitario, pero no hubo contacto con la Presidencia".

Problema interno

Lo que el presidente hizo fue recibir más tarde a dos amigos de la familia que habían intervenido en las negociaciones. La entrevista y las posteriores interpretaciones que generó son producto de "un problema interno del Gabinete", dijo Barco. Virgilio Barco señaló también que Ia extradición [el arma más temida por los narcotraficantes] no es por sí sola suficiente ni la clave para afrontar el problema".

Poco antes, el presidente colombiano dijo que la lucha contra Ias drogas sólo se ganará cuando se consiga penetrar los corazones, mentes y hábitos de los consumidores". Los tres ponentes matutinos hicieron énfasis en combatir el consumo y en la necesidad de establecer una estrategia global para tratar la crisis. La acción sobre "la demanda es realmente la clave definitiva para controlar el problema", señaló Barco. Momentos antes, Perez de Cuéllar se refirió a "un más equilibrado acercamiento al problema que presta la atención debida tanto a la demada como a la oferta". Thatcher, por su parte, señaló: "Nuestros esfuerzos para reducir la producción de drogas no tendrán éxito mientras haya demanda".

La primera ministra y el presidente fueron taxativos a la hora de pronunciare contra la legalización del consumo de drogas. "Puedo asegurarles que nuestro Gobierno nunca legalizará las drogas ilegales, duras o blandas", señaló Thatcher a los delegados de más de 110 países que asisten a la conferencia londinense. Barco hizo notar el error en que han caído quienes han llegado "a la muy cómoda idea de que era mejor legalizar o discriminalizar la droga". "La drogadicción es generada por desajustes sociales, paro y falta de perspectivas para los jóvenes, al igual que por causas psicológicas", dijo Pérez de Cuellar ante una primera ministra a la que expertos holandeses en el problema vaticinan que pronto tendrá que enfrentarse con un estallido de consumo.

Thatcher discrepa totalmente de este criterio y mantiene que la lucha contra la droga ha de basarse en la educación, en la información, en la familia y en la rápida atención de las víctimas de la drogodependencia. "Hay pruebas incuestionables de que la cocaína se está extendiendo virtulamente a todos los países", dijo.