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El Partido Comunista Chino se apropia de Tiananmen para evitar manifestaciones

Las autoridades chinas han decidido convertir la plaza de Tiananmen de Pekín en el escenario de diversas actividades festivas, a cargo de niños y jóvenes de las organizaciones del Partido Comunista Chino (PCCh), para que canten, bailen o desfilen cada vez que se conmemore algún aniversario o la fecha pueda ser susceptible de ser utilizada por las "fuerzas hostiles del interior", es decir, para evitar cualquier manifestación de protesta.

La plaza, que además de centro neurálgico de Pekín adquirió el pasado año la categoría de símbolo del movimiento a favor de la democracia en China, aplastado por el Ejército el 4 de junio con la consecuencia de cientos de muertos, resulta incómoda ahora a pesar de su enorme amplitud. El pasado domingo las autoridades decidieron cerrarla con un estricto cerco policial que se extendía por las avenidas próximas, para permitir a grupos de centenares de niños, debidamente uniformados, desplegar sus talentos musicales. Y ayer, día 5, para que 5.000 miembros de la Liga de la Juventud Comunista y de diversos institutos de la capital desfilaran y depositasen flores en el monumento a los héroes.

Llamamiento de la oposición

Estas actividades, según todos los indicios y comentarios, salvo los oficiales, han sido programados con sólo unos días de anticipación y no obedecen a otra cosa que al llamamiento que algunos grupos de oposición, en la más absoluta clandestinidad y posiblemente desde fuera de China, hicieron a la población para que se manifestasen discretamente, "un paseo de protesta", en recuerdo de los muertos en junio.El 5 de abril se celebra en China, aunque no es fiesta oficial, el Qing Ming o día de los difuntos, en el que las familias acuden a los cementerios y portan signos de luto como brazaletes negros o flores blancas. El Gobierno y el partido han advertido a la gente que se abstenga de pasear por la plaza, y menos portando alguno de estos símbolos. El propio primer ministro, Li Peng, declaró el miércoles que Tiananmen se cerraría cada vez que se considerase necesario para la seguridad.

Esta exhibición de fuerza de las autoridades chinas también refleja su temor ante unos meses en que se cumplirán varios aniversarios significativos del movimiento en favor de la democracia, temor manifiesto en nuevas detenciones de las que, sin publicidad oficial, comentan testigos presenciales; en las advertencias a los trabajadores para que eviten contactos con los extranjeros, sobre todo periodistas, y en la preocupación ante los Juegos Asiáticos de septiembre, en los que Pekín acogerá a más de 100.000 visitantes.

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