Polonia espera aún que la URSS asuma la matanza de Katyn
PIOTR ADAMSKILa ejecución de 4.000 oficiales polacos perpetrada por fuerzas del antiguo KGB soviético hace exactamente 50 años en el bosque de Katyn, cerca de Smolensk, sigue siendo una mancha roja en las relaciones polaco-soviéticas. Una misa en honor de los caídos en las luchas por la liberación de Polonia, con la mención especial de los asesinados domingo el presidente polaco, general Wojciech Jaruzelski, y el primer ministro, Tadeusz Mazowiecki, constituyó la mejor prueba de la unanimidad de los polacos respecto a la responsabilidad soviética por el crimen que Moscú se niega a reconocer. En Polonia, desde la primavera pasada, la verdad sobre el crimen de la NKWD (cuerpo de seguridad soviético) en Katyn, acallada por las autoridades comunistas durante más de 40 años, es tema de numerosos artículos y libros. Lo que no consiguió Mazowiecki durante su viaje a la URSS el pasado otoño es que Moscú haga gala de glasnost y asuma la responsabilidad histórica por la matanza.
Según confirmó ayer a este diario la oficina de prensa del general Jaruzelski, el máximo mandatario polaco visitará oficialmente Moscú a mediados de mes, no descartándose que en. esta ocasión los soviéticos entonen su mea culpa oficial. Los oficiales polacos, presos en 1939, fueron ejecutados en abril de 1940 por orden número 0308 del jefe del temido comisariado de seguridad soviético, Lavernti Bería. Las fosas con los restos mortales de los soldados polacos fueron encontradas por el Ejército alemán en 1943. Los 4.241 oficiales asesinados en Katyn son los únicos cuyos cuerpos fueron'haliados. Otros 1.000 oficiales desaparecieron de los campos de concentración.
El descubrimiento desembocó en la ruptura de las relaciones diplomáticas, en 1943, entre el Gobierno polaco exiliado en Londres y Moscú, que desde entonces atribuyó el crimen a los nazis a pesar de pruebas facilitadas por la Cruz Roja Internacional.
Historiadores independientes soviéticos reconocen la responsabilidad de su país en el asesinato de los oficiales polacos. Más de 130.000 soldados polacos fueron hechos prisioneros por las tropas de Stalin y gran parte de ellos salió de la URSS en 1943.
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