El impuesto que moviliza a los británicos

Michael Heseltine, uno de los más fuertes aspirantes a suceder a Margaret Thatcher, siempre se opuso al poll-tax, una idea que llevaba años rondando en la cabeza de la primera ministra. Para él, poll-tax equivalía a suicidio.La causa que mueve a Thatcher es introducir la filosofía del mercado en todos los aspecto de la vida británica, sea educación, sanidad o administración local. El ciudadano ha de poder elegir la mejor relación calidad-precio, que en el caso de los ayuntamientos supone optar por la teóricamente más eficaz administración conservadora.

Los ayuntamientos han sido desprovistos de antiguas fuentes de recursos (como los impuestos sobre los comercios), que les daban flexibilidad en el paso de las cargas locales a los ciudadanos, y obligados a sustituir los rates por el poll-tax. La Administración central sigue absorbiendo el grueso de los presupuesto locales, pero los ayuntamientos tienen ahora que sacar un 20% de su presupuesto del bolsillo de los vecinos.

A los rates -el equivalente a la contribución urbana española-, que pagaban sólo los propietarios en función del valor catastral de la viviendales ha sustituido un poll-tax, pagadero por todo adulto que vive en el municipio, con independencia de su nivel de renta o de la localización de su casa.

Se da así el caso de la familia de cinco adultos que vive en un piso alquilado y antes no pagaba rates y ahora ha de abonar al Ayuntamiento una cantidad cinco veces mayor que la de un propietario que vive solo en la casa vecina.