Grieg, compositor para Ibsen

No sé si es casualidad, tendencia, o promoción, pero en los últirrios tiempos se nota una nueva apreciación de Eduardo Grieg (Bergen, 1843-1907). El año pasado, Albrecht nos propuso con la Orquesta y Coro Nacionales una versión de Peer Gynt, la música, incidental para el drama de Ibsen, dispuesta en 17 números y guiada por una voz de narrador, solución que me pareció excelente. No hace mucho nos hernos reencontrado con la música de Sigurd Josalfar y Las melodías elegiacas, a la vez que retornaba el célebre Concierto en la menor con el que por los años cuarenta nos asombrara el entonces desconocido pianista Benedetti Michelángeli. Ahora vuelve, apoyado en la grabación discográfica y de manos del mismo director que: la. ha realizado, la versión más completa de Peer Gynt: 23 números, incluyendo orquestaciories ajenas a Grieg y la inclusión de tres Danzas noruegas instrumentadas por el danés Robert Henriques.El suave perfume de la música popular trasvasada al concierto a través de todo un sistema modal y armónico por Grieg encandilé hace casi un siglo a muchos autores, empezando por Falla, metidos como estaban en la faena de nacionalizar la música. Ahora., a pesar de las indiscutibles bellezas, Peer Gynt suena un tanto ingenua y parece una postal amarilleada por el tiempo. De las partes olvidadas me interesó rnás que la Verseuse, tan atractiva., la Canción de la estatua de Memnon, que canta el barítono, de tantas sugerencias hacia algunas cosas futuras.

Cantaron muy bien los solistas noruegos y mostró su autenticidad folclorística el violinistahardanger Knut Buen. Expresivo y generalmente afinado el coro, y mucho más descuidada la orquesta. Y es que el maestro Per Dreier, pese a los discos, no resultó ser gran cosa. El éxito fue grande en parte porque nuestro público está deseoso de que le cambien la programación.