Hollywood se rinde ante Kurosawa

ENVIADO ESPECIALHollywood se ha rendido en la ceremonia de entrega de los Oscar ante el japonés Akira Kurosawa. Horas antes de ser homenajeado por la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood, el director de Los siete samurais, Dersu Uzala y Ran se declaró una persona normal y explicó que su cine es universal "porque no va dirigido a nadie en concreto".

El legendario cineasta japonés comentó ayer a este diario que los cambios que se están experimentando en el mundo "no están afectando a Japón", y que la nueva situación sociopolítica mundial no se está reflejando en el cine de su país por culpa del inmovilismo de los políticos, a quienes Kurosawa acusa de "hablar mucho y no hacer nada". Los lamentos de Kurosawa se producen en un momento en que Hollywood se ha dejado llevar por la euforia de los inesperados cambios políticos que se están registrando en el mundo. La pasada madrugada, durante la ceremonia de los Oscar, la Academia conectó vía satélite con Buenos Aires, Moscú, Londres, Sidney y Tokio "en un intento de universalizar la fiesta del cine", según explicó el productor Gilbert Cates.Kurosawa se quejó de que los nuevos vientos que soplan en Occidente no se dejen notar en su país. "Me lamento porque no puedo hacer otra cosa", comentó el cineasta en una de las habitaciones del Beverly Wallshire Hotel de Los Ángeles, desde donde apenas se podían divisar las colinas de Hollywood debido a la tremenda contaminación que cubre la ciudad. La pasada madrugada estaba previsto que Kurosawa recibiera un premio especial de la Academia de manos de dos de sus más fervientes admiradores, George Lucas y, Steven Spielberg.

El acto debía celebrarse durante la entrega de los Oscar, en el Dorothy Chamber Pavillion de Los Ángeles. Hollywood agradeció a Kurosawa su trabajo y le dio las gracias por haber sido una fuente de inspiración inagotable para tantos y tantos directores. Sobre este premio, Kurosawa, que a lo largo de su carrera no ha ganado jamás un oscar se limitó a decir que se sentía "halagado", pero que temía que sus 81 años hubieran sido un factor "determinante" para la concesión del premio.

Akira Kurosawa no quiso ayer hacer comentarios sobre los candidatos de esta edición de los Oscar, que se fallaban tras el cierre de esta edición, "porque el pasado año estuve filmando mi nueva película y no tuve tiempo de ver otras proyecciones", declaró. Sin embargo, Kurosawa explicó que la película que más le había impresionado en los últimos meses era Pasaje en la niebla, del griego Theo Angelopoulos.

Mundo propio

A sus 81 años de edad, después de dedicarse al cine durante los últimos 47 años y de haber rodado 28 filmes, Kurosawa apenas demostró interés por el cine occidental y no quiso analizar los trabajos de profesionales como Spike Lee o Steven Soderberg. Por el tono de sus respuestas parecía como si su mundo cinematográfico se limitara al cine japonés y quizá al suyo propio. En sus coordenadas no hay lugar para el cine comercial, y sus comentarlos indicaban con claridad que no deseaba dialogar sobre el trabajo de otros directores y mucho menos sobre otras películas que no fueran las suyas. Kurosawa se explicaba a través de un intérprete, la historiadora Audie Bock, una colaboradora de Kurosawa desde hace 15 años.

El director japonés reconoció que había oído hablar del español Pedro Almodóvar y de su ímpetu y su irreverencia cinematográfica, pero aseguró no haber visto ni una sola de sus películas. Este hecho no debería molestar al director español, porque Kurosawa tuvo serios problemas para recordar los títulos de las dos únicas películas que ha visto de Woody Allen, Manhattan y La rosa púrpura de El Cairo. Kurosawa explicó que Allen es un cineasta "interesante", cuyas películas reflejan sus serios problemas con las mujeres. Preguntado por las verdaderas motivaciones que ha llevado a la Sony Corporation a adquirir la productora norteamericana Columbia Pictures, Kurosawa reconoció que está muy interesado en conocer la letra menuda del contrato de esa compra que ha revolucionado Hollywood, pero que a él le continúa extrañando.

Pensamiento

"Nadie ha contado con claridad si Sony pretende hacer cine o no", comentó. Kurosawa habló pausadamente, sin mover sus brazos o sus manos. Poco después de considerarse director de cine universal, Kurosawa señaló que cuando hace una película intenta plasmar en la pantalla lo que piensa, sus motivaciones, "sin pensar en ningún momento en quién va a ver la película".

El cineasta, cuyos trabajos han servido de inspiración para muchos directores, no quiso explicar quiénes han sido sus inspiradores, pero reconoció que su carrera se inició mucho antes de rodar, gracias a una película muda de Abel Gance estrenada en 1924 y titulada La roude.