_
_
_
_

Inflación y democracia

El pasado jueves, Brasil estrenó un nuevo presidente, Fernando Collor de Mello, en plena hiperinflación. Su reputación y, más importante aún, la estabilidad de su país dependen de su habilidad para controlar la inflación de forma inmediata.Esto requiere que rompa con prácticas políticas muy arraigadas en Brasil. (...) Es una prueba de valor en la que durante los últimos cinco años la frágil y corrupta Administración de su predecesor en el cargo, José Sarney, fracasó repetidamente.

Collor, en cambio, ha tenido un buen comienzo. Celebró su primer día con una serie de decretos; que, entre otras cosas, reducía a la mitad el número de ministerios, ordenaba la venta de las mansiones oficiales de los ministros y prohibía a los funcionarios tener más de un trabajo. Y hubo muchas más novedades días después.

Son dos los países que se han convertido en laboratorio de pruebas para poner freno a la inflación. El otro país es Polonia, que se ha embarcado en un programa radical de austeridad desde principios de año.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El experimento polaco está empezando a mostrar resultados esperanzadores. El índice de precios al consumo se ha reducido en dos tercios de enero a febrero. (...) Supone un reto difícil para el nuevo Gobierno democrático de ambos países. (...) Democracia e hiperinflación no son compatibles: se destruyen una a la otra. La cuestión es cuál de las dos lo logrará.

, 20 de marzo

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_