Policía, Guardia Civil y Armada impiden el bloqueo del puerto de Tarragona

Las cofradías de pescadores de Tarragona y de Cambrils llegaron al mediodía de ayer a un principio de acuerdo con el Gobierno Civil por el cual los armadores se comprometen a no bloquear el puerto comercial de Tarragona. El pacto, suscrito tras más de ocho horas de intensas negociaciones, presididas por un amplio despliegue Policial que impidió a los pescadores aproximarse a sus embarcaciones, recoge el compromiso de la Administración de enviar la próxima semana al litoral tarraconense un buque del Instituto Español de Oceanografía para efectuar pruebas con una malla selectiva del pulpito que no capture peces inmaduros de otras especies.

El actierdo no incluye, sin embargo, ninguna de las propuestas quie la flota de arrastre había fórmulado el pasado jueves al subdirector general de Pesca, Rafael Morán. Entre ellas, que las embarcaciones con una potencia inferior a 200 caballos pudieran pescar pulpito, durante seis meses al año, con las actuales redes de ocho milímetros. Para la Administración, esta solicitud es innegociable, pues la Comunidad Europea prohíbe pescar con mallas menores de 36 milímetros.ElGobierno Civil ordenó en la madrugada de ayer, horas antes de alcanzarse el acuerdo, el despliegue de más de 225 agentes de las fuerzas antidisturbios de la Policía y la Guardia Civil para impedir desde tierra el bloqueo del puerto. En el mar, cinco fragatas y una corbeta de la Armada y, en el aire, un helicóptero completaron el dispositivo de vigilancia.

Sobre las 7.30 horas, ante la imposibilidad de llevar a cabo la amenaza de paralizar la actividad portuaria, los pescadores de arrastre trataron de impedir a las barcas de cerco descargar las capturas nocturnas de pescado azul. Armadores de ambas flotas se enzarzaron en peleas y tuvieron que ser separados por sus propios compañeros. Esta tensa situación se prolongó durante toda la mañana hasta que el presidente de la cofradía de Tarragona, Joan Nolla, explicó a los pescadores el acuerdo con la Administración.

Pese a que las barcas no pudieron bloquear el puerto de Tarragona, alrededor de 30 embarcaciones llegadas desde Cambrils permanecieron fondeadas en la bocana del puerto. Las fragatas de la Armada impidieron con diversas maniobras su aproximación hacia los muelles. La actividad comercial portuaria no resultó afectada en ningún momento.

Los barcos de arrastre de Vilanova i la Geltrú, Arenys de Mar, Blanes, Palamós y Sant Carles de la Rápita permanecieron amarradas en sus puertos. En el de Barcelona, efectivos policiales impidieron de madrugada el acceso de los pescadores a sus embarcaciones para evitar que éstas bloqueasen la bocana. La negociación entre el gobernador de Tarragona, Ramón Sánchez; el subdirector de Pesca, Rafael Morán, y el presidente de la cofradía, Joan Nolla, surgió de la voluntad tripartita de no agravar la situación, cuando los pescadores se encontraban en un callejón sin salida.