Un camarero y un empleado de seguridad vieron a Amedo y Domínguez con mercenarios de los GAL
Un camarero del hotel Londres y un empleado de seguridad del casino Kursaal, de San Sebastián, han afirmado ante el juez Baltasar Garzón que vieron al subcomisario José Amedo y al inspector Michel Domínguez con varios mercenarios de los GAL en las fechas en las que se cometieron atentados contra miembros de ETA o contra refugiados vascos en el sur de Francia. Los testigos han señalado que entre los empleados del casino se comentaba, cuando veían a los policías, que "ya ocurriría algo". Los testimonios, a los que ha tenido acceso este periódico, fueron incorporados ayer al sumario principal contra los policías.
Las declaraciones del camarero y el empleado de seguridad proceden de la investigación del atentado al Mon Bar, de Bayona, en el que fallecieron cuatro presuntos etarras. Los datos que ahora se conocen pueden suponer en breve plazo el tercer procesamiento de los agentes, hecho que impediría su eventual puesta en libertad el próximo verano por haber superado los dos años de prisión preventiva.El testimonio del camarero y del miembro de la seguridad del casino se realizaron primero ante la policía y después ante el juez a finales de 1989, pero no se han conocido hasta ahora, que han sido incorporadas al sumario 1/88 que investiga la organización y reclutamiento de mercenarios para cometer atentados de los GAL, y en concreto los de los bares del País Vasco Francés Batzoki y La Consolation, en los que se registraron una decena de heridos.
Los testigos citados precisan que José Amedo era conocido por Thomas, mientras que Michel Domínguez utilizaba su propio nombre. Ambos fueron vistos en compañía de diversos mercenarios en las mismas fechas en las que se cometieron atentados de los GAL, y en ocasiones mantuvieron largas reuniones en la cafetería del hotel Londres en las que hablaban en voz baja y en francés. Concretamente han sido reconocidos fotográficamente los mercenarios Lucien Mattei, Yves Peignier, Patrick de Carvalho y Roland Sampietro, como las personas que en diversas ocasiones se entrevistaron con Amedo y Domínguez.
De Carvalho y Sampletro, según los testimonios iban siempre juntos. El primero solía llevar bigote, que luego se afeitó. El segundo, vestía de negro, de forma muy llamativa y algo anticuada y llevaba muchas cadenas, pulseras y colgajos. En tres ocasiones se reunieron en la cafetería, del hotel con Amedo y Domínguez y un señor mayor, de unos 50 años y de pelo canoso, siempre coincidiendo con las fechas de atentados de los GAL. "Puedo afirmar", dice uno de los testimonios, "que estas tres ocasiones coincidieron con atentados reivindicados por los GAL". Una de estas reuniones tuvo una duración de ocho horas. Hablaban muy bajo y en francés por lo que era muy difícil conocer el contenido de la conversación. Michel Domínguez realizaba funciones de traductor para Amedo.
Lucien Mattei también se reunió en varias ocasiones con Amedo y Domínguez en la barra de la cafetería, donde hablaban muy discretamente. Mattei era cliente asiduo del casino, donde acudía sólo o en compañía de los dos policías. En las fechas del atentado a Mon Bar, Mattel estuvo en el casino, y, también Amedo y Domínguez, pero los testigos no recuerdan si les vieron juntos. Tras ese atentado los dos policías estuvieron cenando en la cafetería del hotel y recibieron una llamada telefónica preguntando por Thomas (nombre utilizado por Amedo).
Respecto a Yves Peignier, reconocido como los otros en un reportaje fotográfico mostrado por la policía y por el juez, el camarero precisa que le vio sólo en la cafetería del hotel, nunca acompañado por los policías procesados.
Cuatro crímenes
El atentado de Mon Bar se produjo el 25 de septiembre de 1985, en Bayona (Francia) cuando varios mercenarios tirotearon a las personas que se encontraban en el interior del establecimiento. Xabin Etxaide, Agustín Irazustabarrena, José Etxaniz e Ignacio Astiazuinzarra, todos ellos miembros de ETA, resultaron muertos, y un ciudadano francés, Jean Iriarte, resultó herido. Los franceses Lucien Mattei, de 45 años, y Pierre Frugoli, de 24 años, fueron detenidos tras cometer el atentado, poco después de que arrojaran al río Nive las pistolas que utilizaron. Mattei y Frugoli han sido condenados a perpetuidad por su intervención en estos asesinatos.
Los dos mercenarios estaban hospedados a nombre de Frugoli en las habitaciones 112 y 114 del hotel Orly de San Sebastián los días 23 a 26 de septiembre de 1985. En esas fechas, según los testigos, estuvieron con Amedo y Domínguez en el restaurante del hotel Londres y en el casino Kursaal. Diez días después del cuádruple asesinato de Mon Bar fueron ingresados 15 millones de pesetas en una cuenta de Amedo.
La trascendencia de estos testimonios es evidente, especialmente con vistas al juicio, ya que los testigos de que se disponía hasta ahora, eran otros mercenarios presos en otros países, para el sumario principal y de las ex amantes de los policías en el caso de García Goena. Los mercenarios difícilmente acudirán al juicio, por lo que era imprescindible aportar testigos supuestamente imparciales que explicasen la relación de los agentes con los autores de los atentados.
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