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Vallejo-Nágera muere el día en que sale su último libro

El escritor y psiquiatra falleció a los 63 años víctima de un cáncer de páncreas

El psiquiatra y escritor Juan Antonio Vallejo-Nágera falleció el pasado martes en Madrid a consecuencia de un cáncer de páncreas que sufría desde hace seis meses. Su fallecimiento coincidió exactamente con la publicación de su última obra, Aprender a hablar en público hoy, que se puso a la venta en la misma fecha de su muerte. El escritor, que había cultivado los más diversos géneros como consecuencia de una pasión humanista que mantuvo hasta los últimos días, había insistido a Planeta, su editorial, en la necesidad de acelerar la publicación de esta obra que ahora tiene carácter póstumo.

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Un vitalista insaciable

El psiquiatra y escritor Juan Antonio Vallejo-Nágera falleció el pasado martes, a los 63 años de edad, a consecuencia de un cáncer de páncreas. Pasó los últimos días de su vida dedicado al estudio del catecismo, y sólo gracias a su religiosidad pudo soportar el proceso cancerígeno, que conocía desde hace cinco meses, según ha revelado su íntimo amigo, el médico y escritor Fernando Elzaburu.Como ensayista científico, es autor de los libros Psiquiatría clínica e Introducción a la psiquiatría científfica. En el campo de la literatura creativa, Vallejo-Nágera es especialmente conocido por sus obras Locos egregios, que fue uno de los libros más vendidos de 1978 y por Mishima o el placer de morir (1983), una aproximación a la figura del filósofo japonés. Su primera obra de ficción fue Concierto para instrumentos desafinados. Además escribió varias monografías, como El ingenuismo en España.

Vallejo-Nágera nació en Oviedo el 14 de noviembre de 1926. Estudió Medicina en la universidad de Madrid y se doctoró en 1951. Se especializó en Neuropsiquiatría y obtuvo a lo largo de su carrera 25 matrículas de honor. Estaba casado con María Victoria Zóbel de Ayala, con la que tuvo tres hijos. Su padre, el doctor Antonio Vallejo-Nágera, fue también un eminente médico y profesor de psiquiatría. Con su jubilación, en 1959, quedó vacante la cátedra de psiquiatría de Madrid y su hijo Juan Antonio se encargó de la misma durante dos años.

El doctor López Ibor, que fue elegido más tarde titular de esta cátedra, le invitó a continuar en el puesto, oferta que Vallejo-Nágera hijo aceptó, trabajando allí durante 25 años hasta la jubilación de López lbor. En sus primeros tiempos de ejercicio profesional fue director de varios centros: el Dispensario de Higiene Mental; el Instituto Nacional de Pedagogía Terapéutica, desde 1957; el hospital Psiquiátrico Nacional de Leganés (Madrid), desde 1958, y del Centro de Salud Mental de Madrid, desde 1981. Fue también consejero nacional de Sanidad (1963). En el campo docente, fue encargado de cátedra de Psiquiatría en Madrid y profesor de Psicopatología de la Escuela de Psicología de la misma universidad.

Características relevantes

Las características más relevantes de su obra son la aproximación psicológica y psiquiátrica a los personajes, como es el caso de su novela sobre José Bonaparte Yo, el rey, ganadora del Premio Planeta en 1985. En Locos egregios, por ejemplo, intentaba una aproximación interiorizadora a varios personajes históricos. Desde hace un año trabajaba en el libro Aprender a hablar en público hoy, que apareció el día de su muerte.

Además de su dedicación literaria, Vallejo-Nágera fue pintor desde los 40 años, faceta a la que se dedicó a causa de un complejo de falta de aptitud para el dibujo. Desarrolló un estilo naïf y escribió el libro Naïfs españoles contemporáneos, calificado como la obra más amplia de este estilo de pintura realizado en nuestro país.

Entusiasta de la buena música, mostró sus preferencias por Mozart, aunque sin desdeñar a otros autores clásicos. Entre sus aficiones figuraba también la de encuadernador, actividad en la que estaba considerado como uno de los mejores de España. Sus últimas apariciones públicas fueron en calidad de contertulio habitual del programa de TVE-1 A mi manera, que dirige el periodista Jesús Hermida.

El cadáver de Vallejo-Nágera fue incinerado ayer en el cementerio madrileño de la Almudena.

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