Cautela internacional
La CE debatirá la próxima semana en Dublín la cuestión lituana
ANDRÉS ORTEGA La cautela predomina en Occidente ante la declaración de independencia del Parlamento lituano. Si Estados Unidos ha pedido al Gobierno soviético que "respete la voluntad de los ciudadanos de Lituania" y ha apelado a negociaciones "constructivas e inmediatas" entre el Gobierno de Vilna y Moscú, la Comunidad Europea guarda un silencio que refleja a la vez prudencia y cierta división de opiniones, aunque no parece que se vaya a producir un pronto reconocimiento de tal independencia.Ya desde el año pasado se lleva a cabo en el seno de la cooperación política europea una reflexión sobre las nacionalidades en el Este que llevó a fijar ciertas directrices generales de actuación consistentes en favorecer los vínculos de orden cultural que permiten además afianzar la identidad nacional de los países bálticos pero sin llegar a establecer contactos gubernamentales.
El Comité Político de los doce se reunirá en Dublín la próxima semana y debatirá la cuestión lituana. Entre los doce es Dinamarca quien lleva la voz cantante para un mayor apoyo al proceso de autodeterminación de Lituania y de los otros países bálticos. Sigue así la pauta marcada por países nórdicos como Suecia, cuyo ministro de Asuntos Exteriores, Sten Andersson, declaró ayer que la cuestión de Lituania tenía una importancia vital y que la declaración de independencia era "la clara expresión de una fuerte voluntad popular".
Con la posible excepción de Dinamarca, los países de la CE se muestran prudentes, no queriendo socavar la política de perestroika. "Nadie va a reconocer el nuevo Estado", indican fuentes diplomáticas europeas. En todo caso, hay países que nunca han reconocido la anexión de los países bálticos por la URSS en 1940, y otros, como España, que no expresaron reservas. En los análisis a doce sobre la nueva arquitectura política europea se ha obviado siempre la cuestión báltica.
En el caso de España, por parte del Gobierno existe además un claro temor a las repercusiones internas españolas que pueda tener el apoyar un proceso de autodeterminación como el lituano. Juan Leña, director de la Oficina de Información Diplomática, señaló ayer que "es un asunto interno de la URSS con consecuencias que trascienden la propia Unión Soviética. Estos desarrollos se producen en el marco de la legalidad vigente".
En medios diplomáticos se estima que "el proceso no es para hoy". Para estos medios, en la práctica, Lituania no es independiente pues carece de algunos atributos esenciales, como un Ejército propio, aunque países como Islandia o Costa Rica tampoco lo tienen. Lituania, sin embargo, sí tiene un Ministerio de Asuntos Exteriores, aunque no tenga representantes en el extranjero.
El Gobierno polaco reaccionó también con cautela ante la proclamación de la independencia de Lituania, informa Piotr Adamski. En un comunicado oficial sobre la independencia de Lituania, la portavoz del Gabinete polaco dijo apoyar la autodeterminación de los pueblos, pero resaltó que "los intereses de los países de Europa central y oriental requieren que todos los cambios derivados de las aspiraciones nacionales se efectúen por vía pacífica y con respeto a la estabilidad de esta parte de Europa". La suma prudencia del Gobierno contrastó con la alegría que expresaban ayer los medios de comunicación y líderes como el presidente de Solidaridad, Lech Walesa. Hungría, por su parte, según informa France Presse, podría reconocer la independencia de Lituania, según dio a entender en una entrevista al diario Magyar Hirlap el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Laszlo Kovacs.
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