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Reportaje:

Ni un duro para el Ejército

Hacienda responde a los objetores fiscales con el embargo de cuentas corrientes

Joaquín Estevan designó como bienes de pago un lote de 45 libros sobre objeción de conciencia y pacifismo. Hacienda no aceptó el pago en especie, por ser libros "prontamente devaluables y de dificil ejecución".Su conflicto con el organismo recaudatorio no es un hecho aislado. Al igual que él, otros declarados objetores empiezan a sufrir el acoso de Hacienda.

El año pasado, a Donato López de Muniain, también navarro, le embargabaron su vehículo por una deuda con Hacienda de 37.000 pesetas. Antes de presentar el correspondiente recurso por "embargo desproporcionado", la agencia recaudatoria dio marcha atrás a la decisión y desembargó el coche.A Francisco Fernández Buey, profesor de Filosofía de la universidad de Barcelona, Hacienda le ha bloqueado su cuenta corriente por negarse a pagar al Tesoro público la parte correspondiente a gastos de defensa.

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En la localidad catalana de Caldes de Montbuí, Cesc Guarch, informático, adeudaba a Hacienda 9.000 pesetas. Un par de inspectores se presentaron en su casa y amenazaron a su madre con embargarle la vivienda. Ante el temor de tina intervención más efectiva Por parte de Hacienda, cambió el número de su cuenta bancaria. Finalmente, le embargaron la nómina. Acabó pagando las 9.000 pesetas. "Es una vergüenza que se dediquen a nosotros, con la cantidad de fraude fiscal que hay en España", dice Pepe Beúnza, pacifista y objetor fiscal.

La objeción fiscal consiste en negarse a pagar al Estado el dinero dirigido a fines militares. En el momento de hacer la declaración de la renta (IRPF), los objetores descuentan de la cuota líquida el porcentaje de los Presupuestos globales del Estado que se destina al Ministerio de Defensa, que el año pasado representaba un 8,5%. Dicha cantidad es entregada a entidades o proyectos que tienen como objetivo la paz y la solidaridad. Aunque la Constitución reconoce el derecho a la libertad de conciencia, la objeción fiscal no está reconocida por la ley, y por tanto Hacienda los trata como evasores de impuestos o defraudadores.

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"Si se es pacifista, hay que serlo integralmente. Hago objeción fiscal desde hace tres años. Sé que es un acto testimonial, pero si en vez de unos pocos lo hiciéramos miles y miles de personas la máquina de la Administración se atascaría y se crearía tal barullo que el Estado debería cambiar de opinión". Juan María Bandrés, diputado del Parlamento Europeo por Izquierda de los Pueblos, es el rostro más popular entre los objetores fiscales existentes en España. "La objeción fiscal es una forma de desobediencia civil tal y como preconizaba Gaiidhi", asegura Bandrés.

Mónjas objetoras

"Hasta el año pasado acompañaba a mi declaración de renta una carta dirigida a la Hacienda Foral de Guipúzcoa- -entidad recaudatoria de impuestos- en la que pedía que se ingresara la parte correspondiente a gastos de defensa a la Asociación_por la Paz de Euskal-Herria. La Diputación Foral, que está gobernada por el partido que presido, Eskadiko Ezkerra, y Eusko Alkartasunia, me contestaba que la objeción no estaba contemplada por la ley. Era una posición incómoda para mis compañeros de partido en la Diputación", explica el eurodiputado vasco.

Las Hermanitas de la Asunción o asuncionistas es una congregación religiosa de origen francés que se distingue por su opción clara en favor del mundo obrero y marginal. Natalia Torelló dice que la congregación como tal hizo objeción fiscal en una ocasión, "pero en Justicia y Paz nos dijeron que no lo hiciéramos ya que algunas -las que trabajamos remuneradamente ya la hacíamos por nuestra cuenta". María Teresa Sivill, también asuncionista, empezó a hacer objeción fiscal en 1985. "En mi declaración del IRPF deduzco una cantidad en concepto de objeción fiscal para entregarla a organizaciones humanitarias. Nunca me lo han aceptado, ya que consideran que se trata de donativos a organizaciones que no han sido declaradas de utilidad pública". La declaracion de 1986 le salió positiva, "por culpa de la objeción fiscal", y hubo de pagar unas 10.000 pesetas a Hacienda. Hizo el depósito ante notario. "Cada año he de pagar en forma de depósito los intereses de la cantidad correspondiente a l986".

Cuando se le pregunta acerca de la presunta ilegalidad de la objeción fiscal, la hermanita de la Asunción, que milita en Comisiones Obreras contesta: "Ya estamos concienciadas de lo que es hacer algo ¡legal. Yo luché contra Franco cuando vivía en el País Vasco".

Josep Cruañas, abogado de la asamblea de objetores de Catalufia, dice que se trata de reivindicar el derecho a hacer objeción. "Los objetores no se plantean defraudar a Hacienda, sino desviar cierta cantidad de dinero de la declaración de la renta". Cruaflas afirma que hay actuaciones del Estado que son ilegales. "Por ejemplo, se están embargando cuentas corrientes que están a nombre de más de una persona (sólo se podría embargar la mitad). El embargo de una nómina o salario está sometido a ciertas limitaciones. No se puede embargar una nómina íntegra. Hacienda está cometiendo un fraude que los bancos deberían denunciar, o al menos comunicar a los afectados".

Diversos objetores han presentado recursos ante el tribunal económico-administrativo, y un caso -el de Kerman López, sacerdote de Sestao-, tras numerosos recursos y reclamaciones, ha llegado hasta el Tribunal Supremo.

Contradicciones

Sin embargo, el Ministerio de Hacienda no siempre adopta medidas drásticas o coercitivas contra los objetores. Hay todavía cierta ambigüedad y contradicción en sus actuaciones. Pedro Otaduy, de la Asamblea de Objetores Fiscales de Navarra señala que "en 1984 este diario publicó una noticia en la que se me citaba, con nombre y apellidos, como objetor fiscal que había desviado 27.000 pesetas. Estaba convencido de que me iba a caer el pelo, pero Hacienda nunca me ha reclamado nada".

"En Navarra hay unos 300 casos de objeción fiscal al año", declara Otaduy. "Anécdotas las hay para todos los gustos, como un ciudadano al que en la declaración de la renta le salía que debía pagar tres pesetas porque había hecho objeción fiscal". Hacienda no se las reclamó.

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