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UNA NUEVA EUROPA

Bonn liga la unificación a que se resuelvan los problemas internacionales que plantea

La unificación alemana no se llevará a cabo hasta que no estén solucionados los problemas internacionales que plantea, como el de la pertenencia o no a la OTAN, según indicó ayer el portavoz M Gobierno de la República Federal de Alemania (RFA), Dieter Vogel. La coalición de centro-derecha daba a entender así que el canciller Helmut Kohl y su aliado liberal Hans-Dietrich Genscher habían decidido trastocar sus planes previos, consistentes precisamente en que la unificación era un problema interalemán, mientras que sus implicaciones internacionales, especialmente las militares, serían abordadas posteriormente.

Las declaraciones de Vogel en Bonn se produjeron poco después de que en Berlín Oriental finalizara la reunión de representantes de la RFA y la RDA destinada a preparar la primera sesión de la conferencia dos más cuatro (las dos Alemanias y los cuatro aliados) que se celebrará el próximo miércoles en Bonn. La delegaciones -encabezadas por el viceministro de Exteriores de la RFA, Dieter Kastrup, y por el subsecretario de Exteriores de la RFA, Ernst Krabatsch- acordaron mantener silencio sobre lo tratado, si bien en fuentes y la RDA admitieron que ha considerables diferencias" en numerosos temas.La decisión de Bonn de apartar el pie del acelerador de la unificación, llega después de que el jueves el Bundestag (Parlamento federal) aprobara una moción sobre el polémico tema de la frontera polaca que, pese a admitir "el derecho de Polonia a unas fronteras seguras", no consiguió aplacar los temores de los países vecinos. El mismo jueves por la noche, el ministro de Exteriores, Hans-Dietrich Genscher insistió en que el problema áe la línea Oder-Neisse sería resuelto en el marco de la conferencia dos mas cuatro.

Este cambio de opinión de Bonn se produce en el contexto de una crítica generalizada contra el canciller Kohl, a quien la opinión pública, e incluso los medios de comunicación que le son tradicionalmente favorables, acusan ahora de poner en peligro la unidad alemana y favorecer la posición soviética al crear temores generalizados sobre la actitud de la futura Alemania unificada.

A una semana de las elecciones en la RDA, el abrumador margen que los institutos de opinión concedían al SPD hace una semana se ha visto reducido a la nada. El Centro Sociológico de Leipzig hizo público ayer el último sondeo, que concede a los socialdemócratas una intención de voto del 34%, seguidos de la alianza conservadora apadrinada por el canciller Kohl con un 30%. En tercer lugar se sitúan los remozados comunistas (PDS).

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