Las plusvalías se gravarán dentro del nuevo IRPF, pero con un tratamiento de favor hacia las que no sean especulativas
El tratamiento fiscal de las plusvalías se mantendrá dentro de la tarifa del impuesto sobre la renta (IRPF), y no tributarán a un tipo fijo como reclaman algunos sectores económicos. Así lo anunció ayer el subdirector del Impuesto sobre la Renta del Ministerio de Hacienda, José Ramón Domínguez Rodicio, en unas jornadas sobre la reforma del IRPF, organizadas por Gesaf. Rodicio señaló que, sin embargo, se establecerá un trato de favor para las plusvalías que se obtengan de inversiones que no tengan un fin especulativo.Este tratamiento no diferenciado de las plusvalías es el sistema que se sigue en países como Francia o Alemania, mientras que, por ejemplo, en el Reino Unido, los incrementos o disminuciones patrimoniales se gravan a un tipo fijo.
Rodicio puntualizó que esta idea, así como otras que ahora se barajan en relación a la reforma del impuesto sobre la renta y el patrimonio, están todavía en fase de estudio. El Ministerio de Hacienda se ha marcado como plazo hasta mediados de año para tener ultimado el proyecto de ley de reforma del IRPF y del Patrimonio para su entrada en vigor en 1991.
Otra de las ideas en estudio es la incentivación fiscal al ahorro para dar cumplimiento al compromiso electoral del PSOE en las últimas elecciones generales. Según Rodicio, la alternativa que en estos momentos parece más viable es que se puedan liberar del pago de impuestos los rendimientos obtenidos de una libreta de ahorro, hasta una determinada cantidad y con el compromiso de no retirar los fondos en un plazo concreto de tiempo. Éste es el sistema que existe en la actualidad, por ejemplo, en Francia.
En cuanto a la configuración del nuevo impuesto, Rodicio señaló que "las espadas están aún en alto", aunque reconoció que el ministerio no es demasiado favorable a la implantación del sistema alemán o splitting que consiste en la suma de rentas, su división por dos para aplicar la tarifa y una nueva multiplicación por dos para calcular la cuota.
El objetivo, en cualquier caso, es que el nuevo impuesto sea más sencillo que el actual. Ello se conseguiría, por ejemplo, mediante una reducción de los tramos de la tarifa del IRPF, en línea con las reformas emprendidas en otros países.
Rodicio añadió que se estudia una regulación específica de la tributación de no residentes, con el fin de incentivar la permanencia en nuestro país del ahorro exterior. En cuanto a las actividades empresariales, la tributación en renta buscará una mayor aproximación a los criterios del impuesto de sociedades.
El impuesto del patrimonio perderá su actual función recaudatoria para convertirse en un tributo con fines sobre todo censales o de inventario, según señaló Rodicio.
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