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Oposición de los veterinarios a la ley del medicamento por excluirles de la venta de fármacos

El Consejo General de Colegios Veterinarios rechaza el proyecto de ley de¡ medicamento porque limita al ámbito farmacéutico la venta de productos zoosanitarios. Este colectivo estima que el "monopolio" farmacéutico encarecerá un 20% el producto y fomentará el mercado negro. Algunos veterinarios aplauden esta medida, que separa la prescripción del suministro de fármacos."Hay intereses en asumir ambas funciones porque quienes dispensan los fármacos obtienen hasta el 50% de beneficio", afirma el veterinario Esteban Román, presidente de la asociación de usuarios Lancia.

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El proyecto de ley del medicamento, actualmente en trámite parlamentario, establece que la dispensación de fármacos para uso animal se realizará a través de servicios farmacéuticos, bien en farmacias, agrupaciones ganaderas o establecimientos detallistas, trasladando así al campo veterinario los criterios tradicionales en el consumo humano de medicinas.La norma legal persigue en última instancia asegurar el control en la evaluación, registro y administración de medicamentos veterinarios con repercusión en la salud pública. Hasta ahora los ganaderos compran el compuesto al veterinario o directamente al fabricante.

El Consejo General de Colegios Veterinarios ha remitido a todos los grupos parlamentarios una propuesta de enmienda contra esta medida por entender que es responsabilidad del veterinario recetar y administrar productos zoosanitarios, una vez avalados por el laboratorio fabricante. Según sus propias estimaciones la norma proyectada incrementaría en más del 20% los precios de un mercado que mueve anualmente 30.000 millones de pesetas.

El órgano colegial cree que, además, provocaría la creación de un mercado clandestino " como ocurre en Italia, donde el 90% de los medicamentos veterinarios pasan por el mercado negro", asegura su presidente Antonio Borregón.

Veterindustria, la patronal de los laboratorios fabricantes opina, contrariamente, que el establecimiento de un canal profesional "no tiene por qué encarecer un mercado con más oferta que demanda", afirma el secretario técnico, Alfonso Marqués. En este sentido, dice que el sector sólo reivindica la existencia de un técnico superior, farmacéutico o veterinario, entre la industria y el ganadero como sucede en la mayoría de los países europeos. Esteban Román, veterinario y presidente de la asociación de consumidores Lancia, radicada en León, opina que tras la polémica median intereses económicos cruzados.

Consecuencias sanitarias

Román asegura, por un lado, que "los veterinarios que venden medicamentos obtienen márgenes de beneficio de hasta el 50%", y denuncia por otro que los propios fabricantes estimulan la venta directa al ganadero, colocando representantes en las ferias, práctica que los laboratorios insisten en haber abandonado totalmente.

Este técnico, abiertamente partidario del proyecto legal, advierte sobre las consecuencias sanitarias de la venta directa al ganadero.

"Hay muchos productos veterinarios susceptibles de llegar hasta el consumo humano si no se controlan las dosis y el período de espera, antes de sacrificar al animal", señala Esteban Román. "Lamentablemente", añade, "no existe ningún tipo de vigilancia en los mataderos sobre los principios activos que portan los animales destinados al consumo".

Mercado negro

El mercado negro de productos zoosanitarios, fundamentalmente de hormonas ¡lícitas, está escapando al control administrativo en casi todos los países comunitarios. Se trata de industrias piratas, radicadas en centroeuropa, cuyos mecanismos delatan la mano directora del crimen organizado, según denunció recientemente la Federación Europea de la Sanidad Animal.Los laboratorios veterinarios destacaron el pasado año el avance de los controles hasta el punto de asegurar que en 1988 ningún animal fue tratado con estos compuestos para su crecimiento. El Ministerio de Sanidad reconoció, no obstante, en abril de 1989 la incursión del mercado negro en España, y advirtió sobre la utilización de hormonas legales, como la progesterona, el estradiol y la testosterona, que en grandes dosis producen el engorde de la res. La utilización de hormonas supone un cambio metabólico que favorece la producción de proteínas en detrimento de la grasa, y con ello, una carne magra de mayor valor en el mercado.

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