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UNA NUEVA EUROPA

El Parlamento elegirá al primer presidente de la URSS

Pilar Bonet

El Congreso de los Diputados de la URSS celebrará una sesión extraordinaria los días 12 y 13 de marzo para aprobar la ley que introduce el régimen presidencial en el país, realizar las correspondientes modificaciones en la Constitución y, probablemente, elegir un presidente sin más dilación, tal como desea Mijail Gorbachov. El Soviet Supremo fue ayer escenario de virulentos debates sobre el proyecto de ley presentado la víspera por el Presidium del Soviet Supremo, que prevé competencias amplísimas para la figura del presidente.

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El proyecto determina una primera elección del presidente por cuatro años en el Congreso de los Diputados Populares -el superparlamento de 2.250 miembros- y no por sufragio universal. Esta forma, con una periodicidad de cinco años, se reserva para posteriores elecciones.El proyecto, redactado por una comisión de trabajo en la que participaba el mismo Gorbachov y sus ayudantes más próximos, fue criticado por numerosos diputados, y especialmente por miembros del Grupo Interregional, que aúna a los parlamentarios más radicales. Gorbachov les respondió con irritación y acusó al grupo de querer "frenar" e "incluso enterrar" la introducción del régimen presidencialista. Sus comentarios provocaron la airada respuesta del diputado Serguei Stankevich, que se levantó para pedir a Gorbachov que deje de buscar conspiraciones y tenga más respeto para los diputados.

A pesar de todo, Gorbachov consiguió en tres votaciones consecutivas que el Parlamento aceptara la introducción del puesto de presidente de la URSS, la convocatoria de una sesión extraordinaria del Congreso y el proyecto de ley presentado, como base para una ulterior elaboración antes de llevarlo al Congreso de los Diputados.

La impresión existente ano che en medios parlamentarios moderados era que el proyecto sufrirá modificaciones que le hagan más aceptable a los sectores radicales. El texto debatido, presentado por el vicepresidente de la Academia de Ciencias, el jurista VIadimir Kudriavtsev, prevé la elección del presidente por sufragio universal como norma general, exceptuando la primera elección. El presidente recibe competencias legislativas y asume casi todas las funciones que hasta ahora realizaba el Presidium del Soviet Supremo. También recibe un derecho de veto sobre la legislación que le permite obligar al Soviet Supremo a repetir la votación de leyes ya aprobadas. En el caso de que el Soviet Supremo insista en su posición, el presidente puede dirigirse al Congreso de los Diputados o convocar un referéndum, lo que en la práctica, y según denunció Serguei Stankevich, permite al presidente bloquear cualquier decisión legislativa.

Stankevich consideró que el texto presenta una contradicción entre las competencias del presidente, concebido como el presidente de un Estado único, y la estructura federal del Estado soviético del futuro. Por otra parte, los miembros del Consejo de Ministros quedarían divididos en dos categorías distintas mediante la creación del Consejo Presidencial, del cual forman parte el presidente del Soviet Supremo, el presidente del Consejo de Ministros, los ministros de Exteriores, Defensa, Interior y Justicia y el presidente del Comité de Seguridad del Estado (KGB), así como otros miembros nombrados por el presidente. Observadores occidentales ven en este Consejo Presidencial una réplica del Consejo de Seguridad estadounidense.

El proyecto establece que los candidatos a la presidencia podrán ser promovidos por las instituciones con derecho a iniciativas legislativas, pero no menciona los partidos políticos; asimismo permite al presidente declarar una situación de guerra o extraordinaria, que todavía no han sido definidas por la ley. El presidente puede ser destituido por el Congreso en caso de violar la Constitución con no menos de dos tercios de los votos de la cifra global de diputados y teniendo en cuenta la conclusión del Comité de Vigilancia Constitucional.

El jurista Anatoli Sobchak, del Grupo Interregional, insistió en que debe determinarse la estructura del Estado antes de elegir presidente, y señaló que la presidencia concebida en el proyecto merma el papel del Parlamento. Con la buena intención de poner orden se puede incrementar el desorden, ya que la figura del presidente no da garantía de que el aparato funcione mejor, señaló Sobchak.

Por su parte, la diputada estonia Mariu Lauristin transmitió la posición de las repúblicas bálticas, partidarias de abstenerse en la discusión sobre la dirección del Estado para concentrarse en las conversaciones sobre su propia independencia.

Alexandr YakovIev, el miembro del Politburó considerado como el cerebro de la perestroika, defendió el proyecto presidencial en nombre del fortalecimiento de los procesos democráticos. La principal idea del proyecto presentado, dijo, es "ser una antítesis dialéctica de la forma colectiva de poder".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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