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Un arquitecto asesina a su mujer y a sus dos hijos y despues se arroja al 'metro' en Barcelona

María Rosa Cortijo, de 40 años, y sus dos hijos menores, Daniel, de nueve años, y Jaume, de tres semanas, fueron asesinados a cuchilladas poco después de las siete de la mañana de ayer en su domicilio de la localidad costera del Masnou (Barcelona). El autor de las muertes, Jordi Barbara, de 42 años, esposo y padre de las víctimas, se suicidó seis horas después en Barcelona lanzándose al metro en la estación de Urquinaona momentos después de llamar por teléfono a un allegado, a quien confesó su culpabilidad.

La persona que recibió la llamada informó de los hechos a la Guardia Urbana del Masnou, cuyos efectivos descubrieron los ,tres cadáveres, alrededor de las once de la mañana, en la casa propiedad de la familia, una vivienda unifamiliar situada en el número 12 de la calle de Josep Irla. Los muertos, que se hallaban en sus respectivas camas en las habitaciones de la planta superior del inmueble, presentaban múltiples cuchilladas y habían sido degollados.El cuerpo de Daniel, de nueve años, había sido acuchillado 26 veces y el de Jaume, de tres semanas, 10 veces. La Guardia Civil encontró junto a los cadáveres tres cuchillos grandes de cocina que habían sido utilizados como armas homicidas.

El parricida había dejado escritas tres cartas sin firma ni destinatario en las que pedía perdón por lo acaecido y, por su parte, decía perdonar a toda la Humanidad. En los documentos, Barbara expresaba su voluntad de acabar también con la vida de su hijo primogénito, Marc, de 15 años, que se encontraba esquiando junto con sus compañeros de escuela en los Pirineos.

Cartas inconexas

"Son cartas bastante inconexas y plagadas de frases hechas", declaró el alcalde del Masnou, Josep Azuara (CiU), vecino de la familia Barbara-Cortijo. Después de conocer el contenido de las cartas, la Guardia Civil localizó al hijo mayor del infortunado matrimonio para protegerlo.

Tan sólo una hora después de ser encontrados los cadáveres en el Masnou, Barbara se arrojó al metro en la estación de Urquinaona, en Barcelona, a la que había llegado en uno de los dos coches de la familia, un Peugeot 205 de color blanco.

El parricida ya Intentó suicidarse con barbitúricos hace poco más de un año, según confirmó el propio alcalde de la localidad. En aquella ocasión, después de haber ingerido las pastillas. Barbara se metió en la bañera, donde fue hallado por su hijo mayor, que pidió auxilio a un vecino. Ambos lo auxiliaron y el suicida se recuperó. Al poco tiempo engendró un hijo.

Trabajos esporádicos

El matrimonio formado por Jordi Barbara, arquitecto de Barcelona, y María Rosa Cortijo, bibliotecaria, vivía junto con sus tres hijos en el Masnou desde hace dos años. El barrio que habitaban es uno de los mejores de la localidad costera, situada 15 kilómetros al norte de Barcelona. El homicida había perdido su empleo fijo hace medio año y en la actualidad se dedicaba a hacer trabajos esporádicos.

De acuerdo con la versión de los vecinos, la pareja era poco sociable, pero sus desavenencias eran conocidas. Las peleas, sin embargo, se producían siempre en el interior de la casa y nunca trascendían a la calle.

Una vecina del inmueble contiguo dijo haber oído, a las 7.15 de la mañana de ayer, gritos que procedían de la casa de Barbara. "Parecían lamentaciones de María Rosa. Después también me pareció oír "Auxilio, auxilio", indicó la señora. La vecina añadió que no había hecho caso de los gritos "porque la pareja se peleaba a menudo".

El aspecto de Jordi Barbara era "el de todo un señor", comentó otra vecina, que subrayó "la aparente seriedad" del homicida. El trato del parricida con sus hijos era "muy cariñoso", según la versión de los vecinos; uno de ellos afirmó: "Parecía querer mucho a los niños, incluso hace muy pocos días le compró una moto al mayor".

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