Desconcierto en la RDA por la desaparición del ex jefe de los servicios secretos
La súbita desaparición de Marcus Misha Wolf, ex jefe de los servicios secretos de la República Democrática Alemana, personaje de leyenda en el mundo del espionaje, ha evidenciado el desconcierto que afecta a estos oscuros servidores de la política de bloques. Wolf se encuentra en Moscú, han admitido en Berlín oriental, pero no ha huido ni existe ningún proceso abierto contra él por supuesto tráfico de armamento, como aseguraba el peiiódico Süddeutsche Zeitung.
La agencia oficial alemana oriental, ADN, admitía ayer que Wolf y, su familia habían partido de vacaciones a la Unión Soviética el pasado día 12 y que se esperaba pronto su vuelta. Fuentes oficiales se apresuraron a negar que hubiera ningún tipo de investigación abierta contra él por estar involucrado en el caso de tráfico de armas y divisas que se descubrió a Finales de noviembre y cuya cabeza más visible era uno de los personajes más; intrigantes del vicio régimen neoestalinista.Alexander Schalk-Golodkowski, encargado del Comité de Coordinación de Moneda Extranjera bajo el liderazgo de Erich Honecker y de su ministro de Economía Günter Mittag, escapó a Berlín occidental poco después de la apertura del muro, tras ser descubiertas las operaciones de tráfico de armas y de divisas que llevaba a cabo amparado en su cargo de especialista en divisas. Shalk-Golodkowski se entregó a las autoridades de Berlín occidental y, tras una corta temporada en prisión, fue puesto en libertad al no concederse su extradición de la RDA.
Desde la caída del viejo régimen, y especialmente desde que la unificación alemana empezó a aparecer como inevitable, los miembros de los servicios secretos de la RDA se han convertido en piezas codiciadas por las agencias de información de todo el mundo. El Servicio Federal de Información (BND) está llevando a cabo una sistemática política de captación de sus colegas de la otra Alemania.El papel de Wolf en la revolución que acabó con el régimen de Honecker ha sido importante. El hombre que acabó con la carrera política de Willy Brandt, en virtud del famoso caso Guillaume, pidió el retiro hace más de tres años, cuando vio que los cambios en la política soviética iban a arrastrar a la vieja guardia. Se mantuvo en un segundo plano y escribió una novela titulada Troika. Se le cuenta como el gran conspirador que acabó primero con Honecker y luego con su sucesor, Egon Krenz, para colocar al frente del partido comunista (PSD) a uno de sus hombres, Gregor Gysi. Otros aseguran que, visto el fracaso total de su operación reformista y las represalias contra los últimos miembros del viejo régimen que conservaban sus cargos, como el alcalde de Berlín Este, Erhard Krack, que dimitió ayer tras admitir su responsabilidad en el fraude electoral del 7 de mayo, su turno podría llegarle pronto y ha preferido quitarse de enmedio.
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