El misterio desvelado

Tras El misterio de las voces búlgaras se esconde simplemente el coro femenino de la Radiotelevisión de Bulgaria, fundado en 1952 y que, dentro de una extensa gira europea, se ha presentado por primera vez en España. Ataviadas con los trajes tradicionales de sus diferentes regiones de origen, las 23 vocalistas del grupo se situaron en semicírculo sobre el escenario. Sin micrófonos, con sus voces sonando al unísono en mil y una combinaciones perfectas, brillantes, espectaculares. A caballo entre Oriente y Occidente, la antigua diafonía y la polifonía moderna se funden en una prodigiosa alquimia de siglos que hunde sus raíces en Bizancio, y desciende de los míticos tracios, a los que se suponía expertos en el arte de la música.Fueron casi 30 temas interpretados lo mismo por todo el coro, a capella, que por una o varias solistas, acompañadas por los sonidos de la gadulka (especie de violín), el cabal (flauta), la gaita y el laúd. Cantos de amor, de esponsales, de cosechas, de héroes y gestas épicas. Cantos que alternan alegría y desenfado con tristeza y melancolía, y que pertenecen a tres tipos: reelaboraciones de arreglistas eruditos a partir de músicas tradicionales, obras originales de compositores contemporáneos y, por último, canciones populares tal como todavía hoy se pueden escuchar en festejos de ámbito rural.

Las búlgaras nos recordaron una vez más que la voz sigue siendo el más emotivo de los instrumentos. Y el público pudo disfrutar con la escucha de un material que parecía destinado tan sólo a etnomusicólogos y amantes del folclor, con la música, enérgica y dulce a la vez, que brotaba incontenible de unas voces llegadas del Este. Bajo las luces del Auditorio Nacional quedó por fin desvelado el misterio.