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UNA NUEVA EUROPA

Ligachov: "Todos calláis, queridos camaradas"

El líder conservador, chivo expiatorio para exculpar a Gorbachov de la matanza de Tiflis

Pilar Bonet

Egor Ligachov, el miembro del Politburó considerado el líder del sector conservador del PAÍS, ha sido convertido en el chivo expiatorio de la decisión de enviar tropas a Tiflis, para evitar que el máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, tuviera que responder de una decisión política que desembocó en la represión violenta de una manifestación civil en la madrugada del 9 de abril de 1989. Así se concluye del análisis de las intervenciones en el último pleno del comité central que ayer publicaba el diario Pravda, así como de varios documentos sobre el proceso.

La crisis de Tiflis culminó con una veintena de muertos y planteó el problema de la relación entre la cúspide del PCUS y la utilización del Ejército. Pero el cruce de acusaciones se produce, cuando Gorbachov atraviesa una delicada situación política y sobre él convergen los ataques de la izquierda y la derecha.Egor Ligachov, por su parte, se halla sometido también a una campaña abierta inspirada desde los sectores reformadores, que esperaban verle salir cesante del pleno del comité central.

Los materiales analizados, además de las intervenciones de Ligachov; del ministro de Exteriores, Edvard Shevardnadze, y del líder, Mijail Gorbachov, comprenden las conclusiones de la comisión investigadora parlamentaria, las explicaciones dadas por Gorbachov ante el Parlamento y dos intervenciones del diputado Anatoli Sobchak, una ante el Congreso de los Diputados, en diciembre, y otra, en forma de entrevista en el semanario Ogoniok.

Fechas comprometedoras

Según la comisión investigadora, Gorbachov estaba de viaje cuando el 7 de abril varios miembros del Politburó, encabezados por Egor Ligachov, decidieron atender las peticiones de la dirección de la república de Georgia y enviar contingentes de tropas del Ejército y del Ministerio del Interior a Tiflis, donde tenía lugar una gran manifestación.

Egor Ligachov, sin embargo, cuestionó la responsabilidad de tal reunión al subrayar ante el pleno que, el día 7 de abril, " el Politburó en su totalidad", incluido Gorbachov; el jefe del Gobierno, Nikolai Rizhkov; Shevardnadze y Alexandr YakovIev, "unánimemente aprobó 31 adoptó una recomendación política que afectaba el desarrollo de los acontecimientos en Tiflis".

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Gorbachov regresó del Rei no Unido el día 7 de abril a las once de la noche, según el informe firmado por Sobchak y 23 diputados más. Tal informe fue distribuido a los diputados del Congreso el 24 de diciembre. Ese día, el caso de Tiflis fue abordado por el Parlamento, que, dado lo delicado del tema, decidió censurar ese episodio de la retransmisión televisiva, aunque la Prensa tuvo acceso a la sesión.

Shevardnadze negó ante el pleno que la reunión del Politburó al completo, aludida por Ligachov, se hubiera producido. El ministro dijo que sólo había tenido lugar el "habitual encuentro en el aeropuerto", durante el cual, junto con otras cuestiones, se informó de los telegramas de alarma de Tiflis y se dijo que "se habían satisfecho las peticiones de prestar ayuda formuladas por los camaradas georgianos para mantener el orden".

En la Unión Soviética, los miembros del Politburó acostumbran a recibir al líder del partido cuando éste vuelve de algún viaje.

Según el ministro de Exteriores, Gorbachov dio una directiva categórica para que la cuestión se resolviera de forma política. "Se dieron tales directivas, tales recomendaciones. He aquí todo lo que pasó en el aeropuerto". "No, no todo", dijo Gorbachov. "También encomendamos al camarada Shevardnadze (...) y Razurnovski que fueran a Tiflis".

Oposición georgiana

"Sí se habló de eso, pero los camaradas georgianos dijeron que no había necesidad de tal viaje. He aquí toda la verdad", dijo Shevardnadze. "Edvard Ambrosevich, no hay ninguna contradicción entre nosotros", le contestó Ligachov. "Yo no digo que haya contradicciones", agregó Shevardnadze.

"Escuchen, ¿qué debo hacer yo si una revista de cuatro millones [de ejemplares] tergiversa la esencia de la cuestión? Yo también, a fin de cuentas, puedo decir mi punto de vista, mientras todos vosotros calláis, queridos camaradas", dijo Ligachov en una frase llena de patetismo. Ligachov se refería a la entrevista de Sobchak en Ogoniok.

En aquella entrevista y en su intervención ante el Parlamento, Sobchak evitó implicar a Gorbachov en los sucesos de Tiflis, pero el informe de la comisión da cuenta de otra sesión del Politburó el día 8 de abril, cuando Gorbachov estaba ya en Moscú.

No obstante, Gorbachov y Ligachov estaban ausentes de esta reunión dedicada a la situación en Georgia y presidida por Víctor Chebrikov. Ligachov atribuyó su ausencia al inicio de sus vacaciones. La ausencia de Gorbachov, sin embargo, no ha sido explicada y observadores políticos se preguntan cuáles fueron los motivos.

La orden de intervención militar para disolver el mitin fue dada a las cuatro de la madrugada del día 9 de abril, cuando Gorbachov, según los datos en manos de la comisión, llevaba ya 29 horas en la Unión Soviética.

La situación se hace más confusa si se tiene en cuenta que Gorbachov, el 25 de mayo, afirmó ante el Congreso de los Diputados, compuesto por 2.250 miembros, que había regresado a Moscú el 8 de abril, y no el 7, como consta en el informe.

"Nos enteramos de lo que pasó en Tiflis a las diez de la mañana del día siguiente. La víspera, el sábado, cuando regresé a Moscú (...) me informaron en el aeropuerto de la situación en Tiflis". El sábado en cuestión era un 8 de abril. La lógica indica que alguna de las dos partes o miente o se equivoca.

Desoyendo el consejo de Gorbachov de dejar el tema, Shevardnadze se preguntó si había necesidad de empezar la discusión sobre Tiflis tras haberla mantenido en el Parlamento. "Yo no empecé", dijo Ligachov. "Yo no le acuso", replicó Shevardnadze.

"Esto muestra simplemente en qué condiciones llevamos una lucha por realizar nuestra política, y que es muy necesario conservar la sangre fría", concluyó Gorbachov, cerrando el debate.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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