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Primera operacion de corazón con éxito a un feto dentro del claustro materno

La primera operación de corazón de la historia practicada con éxito a un feto en el claustro materno ha sido realizada en el Guy's Hospital de Londres. La intervención quirúrgica, que implicaba la descongestión de una válvula en el corazón de niño con un catéter de globo -tubo estrecho y flexible en cuyo extremo hay un globo deshinchado con un hilo de platino como guía- de sólo 1,2 milímetros de diámetro y unos 30 centímetros de largo, tuvo que ser practicada dos veces, a las 31 y 33 semanas del embarazo de lamadre.

El niño nació prematuramente el pasado 4 de enero, apenas una semana después de la segunda operación, y tuvo que sufrir una tercera intervención a las pocas horas de abandonar el claustro materno. La madre permaneció despierta sólo con anestesia local en la pared abdominal durante las dos operaciones, y pudo regresar a su casa después de la segunda intervención.En estos momentos, el estado del niño es muy grave y vive con ayuda de un ventilador. La mayoría de los niños que sufren esta clase de problemas mueren antes de nacer, y los que sobreviven al parto dificilmente superan las 24 horas de vida. En los últimos tres años ha habido de 25 a 30 casos en este hospital de niños con el mismo problema.

El catéter, que es de fabricación norteamericana, fue introducido en el claustro materno por medio de una aguja hueca a través del abdomen de la madre hasta llegar a la cavidad torácica y el corazón del feto. Una vez en posición, el globo fue hinchado para que se abriera la válvula. La aguja entra en el corazón a través del ventrículo izquierdo y un scanner de ultrasonidos de gran precisión controla el recorrido de la aguja hasta el diminuto corazón.Un tubo muy estrecho y flexible se pasa a través de la a guja y a su extremo se halla el globo deshinchado con un finísimo hilo de platino como guía. El bombeo del corazón conduce al hilo de platino y al globo hasta la válvula aórtica. Entonces se infla el globo bombeando una solución salina por el tubo. La dilatación hace que se abra la válvula mejorando así el flujo sanguíneo. La primera intervención fracasó cuando al inflar el globo éste se soltó de la extremidad del tubo.El equipo médico que ha llevado a cabo la experiencia está compuesto por el doctor Lindsey Allan, director de la unidad de cardiología perinatal del hospital, que diagnosticó el estado del niño a las 30 semanas de gestación; Darryl Maxwell, directo de la unidad de medicina fetal el la Institución, y Michael Tynan profesor de cardiología pediátrica del centro, que llevó a cabo la operación.

Territorio desconocido

El doctor Allan ha dicho: "Nos estamos adentrando en territorio desconocido, pero lo importante es que por primera vez ha podido probarse que algunos niños pueden ser intervenidos antes de su nacimiento con esperanzas de salvarlos".El niño sufría de estenosis aórtica de carácter crítico, una dolencia sumamente rara en la que se produce un angostamiento de la válvula aórtica, que regula el flujo de sangre entre el corazón y el resto del cuerpo.

Maxwell dijo que no faltaría quien pensara que la técnica era un tanto futurista y que debía de causar gran dolor al feto, pero que, contrariamente, no había motivo alguno para creer que el niño sintiera nada, ya que Ias palpitaciones del corazón estuvieron constantemente bajo control, y no se percibió cambio alguno al introducir la aguja o al retirarla.

En ningún momento el feto trató de evitar el contacto con la aguja". La operación duró unas dos horas, 30 minutos de las cuales la aguja permanece en contacto con el corazón.

La madre, que cuenta 41 años y tiene dos hijas, aceptó que se le practicara la operación porque era "Ia única forma de dar una oportunidad de vivir a mi hijo", al tiempo que dijo que serviría como experiencia para otros casos como el suyo.

Esta técnica es de gran interés para niños con malformaciones cardiacas congénitas, que la medicina empieza ahora a ser capaz de diagnosticar durante la gestación. En algunos casos incluso podría reemplazar a procedimientos como el del trasplante de corazón a recién nacidos, que sufren la limitación de la escasez de donantes de este órgano.

El equipo médico del doctor Allan ya practicó una intervención de este tipo el año pasado, pero el niño murió en el claustro materno a las 24 horas. El profesor Tynan, por su parte, ha declarado: "Hemos demostrado que esta técnica es viable. Lo importante ahora será comprobar que podamos repetirla".

Un factor importante es que en la cirugía fetal la cicatrización es más rápida que en los recién nacidos, a lo que hay que sumar como factor positivo que el niño se ve protegido de toda acción bact-eriana por su permanencia en el claustro materno. Asimismo, el proceso de nutrición tampoco se ve interrumpido, ya que se realiza a través de la placenta.

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