Antoni Asunción: Hay componentes psicopatológicos en la huelga de hambre"
El director de Instituciones Penitenciarias califica de fanáticos a los 'grapo'
Antoni Asunción, director de Instituciones Penitenciarias, atribuye en esta entrevista la huelga de hambre que mantienen desde hace dos meses presos de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) a elementos "psicopatológicos y de fanatismo". Asunción censura a quienes le piden abrir un diálogo sin exigir a los GRAPO el abandono de las armas, mientras sus dirigentes presos, dice, siguen un ayuno atenuado. Y afirma que tiene "muy medidos" los costes del conflicto e invita a los huelguistas a que hagan otro tanto.
Pregunta. ¿Qué evidencias existen de que la cárcel de Soria, cuando los grapo estaban allí concentrados, era un foco de formación terrorista?Respuesta. En el caso de los GRAPO hemos calificado a la prisión de Soria como la universidad de esta organización terrorista. Y prueba de ello es que los excarcelados volvían a matar. Su concentración no ha eliminado las acciones terroristas de esta organización. Y, por lo tanto, su dispersión va a dificultar en gran medida su actividad terrorista.
P. Los GRAPO mantienen una huelga de hambre con una cohesión y duración que ETA no logró, y sin la presión de un caso Yoyes. ¿Qué explica esto?
R. Sin duda son componentes psicopatológicos. La organización GRAPO está muy fanatizada y conociéndola uno puede entender que esto se produzca. Si analizamos el colectivo de presos de ETA nos damos cuenta de que dos tercios de ellos están en prisión como colaboradores con banda armada y con condenas relativamente cortas. Si se analiza el colectivo de presos de los GRAPO, las condenas son espeluznantes, con una acumulación en algunos casos, como el de Olegario Sánchez Casas, de 1.000 años de pena, y todo por delitos de sangre. Son dos colectivos de presos terroristas con notables diferencias. Y sobre todo el nivel de fanatización que pueden tener los grapo.
Ayuno atenuado
P. ¿Cuál es el nivel de seguimiento de la huelga de hambre?
R. La huelga de hambre en estos momentos se lleva de forma desigual, lo cual demuestra que el nivel de fanatización no es homogéneo. Hay gente, sin duda, que no está en huelga de hambre. Hay 13 que la han abandonado. Y hay 48 que la mantienen en situaciones muy diferentes. Hay presos que se están estabilizando bastante, que se están conservando. Sin duda, la organización busca muertos y mártires. Cabe augurarlo por las actitudes de los dirigentes en la cárcel, que pueden ordenar que mueran para crear un mártir con el que intentar justificar futuros crímenes. Hay componentes psicopatológicos importantes en esta huelga.
P. ¿Insinúa que los presos de los GRAPO están siguiendo una huelga de hambre especial?
R. Hay algunos presos que están hospitalizados y otros, después de 60 días, no han llegado a estar hospitalizados. Después de 60 días parece difícil subsistir a una huelga de hambre, ¿no?
P. Parece que un informe interno de Justicia muestra reservas sobre la legalidad de la alimentación forzosa, posición compartida desde instancias judiciales y médicas. ¿Todo esto le ha planteado alguna duda sobre la legalidad de esta medida?
R. Ninguna, porque desconozco ese documento. El informe jurídico nuestro naturalmente que encuentra legal la medida y en cualquier caso la Administración penitenciaria ha recabado siempre la autorización de los jueces para actuar, con lo cual la legalidad está fuera de toda duda. Otra cosa es que la unanimidad está también fuera de duda que no existe, y que entre los jueces hay unos que están de acuerdo y otros que no. Pero en lo que sí existe unanimidad es en que se les alimente a la fuerza y el único matiz de diferencia es en la necesidad de la previa pérdida de consciencia o no.
P. ¿Un muerto sería una victoria de los GRAPO?
R. Esta organización terrorista busca un mártir que exhibir. Debemos impedir que esto se produzca, con lo cual a veces los obstáculos que se ponen desde quienes les parece lícito arrojar sobre el Gobierno cualquier cosa pues lo dificulta bastante, y crea incertidumbre al estamento médico y funcionarial, y temores, dado que la organización no deja de amenazar. Un excarcelado ha amenazado con más muertes si hay algún fallecimiento y al mismo tiempo los huelguistas amenazan a sus médicos y sanitarios si les alimentan. El chantaje que hacen a las instituciones con una huida desesperada y fanatizada está sobre el tapete. A mí lo que más me sorprende es que se levanten voces en favor de la reunificación. Y eso lo han hecho unos colectivos que no analizan los antecedentes ni las consecuencias que esto pueda tener y que, sin embargo, en ningún momento plantean la exigencia del abandono de las armas. Sólo se pide humanidad en un sentido y no se pide a ese colectivo que deje de matar.
P. ¿Qué opinión le merece la pastoral del obispo de San Sebastián, José María Setién, que ve "dureza innecesaria" en la política penitenciaria?
R. El señor Setién compensa a su feligresía y pretende dar una de cal y otra de arena. Entonces condena en una pastoral o hace un pronunciamiento desfavorable hacia HB y después su clientela le exige otro pronunciamiento de signo contrario.
Costes medidos
P. ¿Hay divergencias entre los familiares y los huelguistas sobre la salida al conflicto?
R. Hay una coacción evidente entre los familiares y grupos exteriores sobre los presos, que son los que están llevando el coste. Y esos que les incitan a seguir la huelga, seguramente después de desayunar bien, deberían también reflexionar que lo que les están exigiendo a esos presos a costa de sus vidas sólo responde a comportamientos psicopatológicos difícilmente explicables.
P. ¿Saben los huelguistas que el Gobierno no admite negociar?
R. Lo que se hace con este movimiento de adhesiones es alimentar a perseverar en que el Gobierno lo que tiene que hacer es ceder a las pretensiones de esta banda terroristas. Pero parece bastante difícil que no se den cuenta los presos que con esta actitud, este empecinamiento, lo único que pueden conseguir es un mártir, que posiblemente es lo que busque la organización, pero difícilmente van a obtener otros resultados, porque hay antecedentes y consecuencias a todo esto.
P. ¿Ve alguna salida?
R. Todos los conflictos tienen salida y soluciones. El problema son los costes que implican las salidas. Yo tengo muy medidos los costes, los huelguistas deben medir también los costes.
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