Un 'lobby' de Washington trata de lograr que Pujol sea recibido por el presidente Bush
El secretario de Estado adjunto, Lawrence Eagleburger, recibirá al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, el 5 de febrero en el marco de su viaje de siete días a EE UU, según confirmó ayer a EL PAÍS un portavoz del Departamento de Estado. En medios diplomáticos de Washington se subraya que la concesión de la entrevista y la posibilidad de que Pujol sea recibido por el presidente George Bush constituyen la réplica de EE UU a los honores oficiales que el Gobierno dispensa a los gobernadores de Puerto Rico que visitan Madrid. Todas estas gestiones han sido encargadas por la Generalitat a un lobby (grupo de presión profesional) de Washington.
La posible audiencia con Bush, según las mismas fuentes, estaría limitada a los minutos imprescindibles para hacer lo que en Washigton se denomina una photo opportunity, una breve entrevista con el presidente para que los fotógrafos puedan sacar la instantánea del clásico apretón de manos.El portavoz oficial del Departamento de Estado precisó, sin embargo, que en el curso de la entrevista con Eagleburger, a la que Pujol acudirá acompañado por el embajador de España en Washington, Julián Santamaría, se tratará del "buen estado de las relaciones hispano-norteamericanas y los contactos comerciales entre los dos países". El portavoz justificó la celebración de la entrevista entre Eagleburger y Pujol con el argumento de que cuando algunos gobernadores norteamericanos visitan España también son recibidos por el rey Juan Carlos y por altos funcionarios del Gobierno español.
En medios diplomáticos de la capital estadounidense se cree que Pujol se ha prestado, quizás inconscientemente, a ser un instrumento del malestar de Washington ante el trato especialmente relevante que Madrid concede al gobernador de Puerto Rico, Rafael Hernández Colón, cuando visita España. Puerto Rico es un territorio insular situado al sur de Cuba, de habla hispana, que tiene un status de estado asociado a EE UU. En él existe un movimiento político minoritario de carácter independentista.
La visita de Pujol a EE UU ha sido preparada por un lobby de Washington denominado TKC, que es el encargado de gestionar que el jefe del Ejecutivo catalán sea recibido por el presidente Bush. Pujol llegará a EE UU el domingo, donde visitará además de la capital federal, la ciudad de Nueva York y el parque de atracciones Busch Gardens, en Williamsburg (Virginia). El político catalán mantendrá también contactos con miembros del Congreso, con hombres de negocios y con personalidades del mundo cultural neoyorquino.
El conocimiento de que existía la posibilidad de que Bush recibiera a Pujol y de la celebración de la entrevista en el Departamento de Estado ha causado sorpresa en medios oficiales de Madrid, donde se ha recordado que el presidente catalán no viaja como enviado especial del presidente del Gobierno español, Felipe González. Durante su estancia en la capital federal, Pujol se alojará en la embajada de España, como ha hecho en otros desplazamientos al extranjero.
Malas relaciones
Las malas relaciones entre la Administración central y la autonómica como consecuencia de la polémica sobre la autodeterminación no han influido de una manera decisiva en la planificación del viaje. En opinión de la Generalitat ello es una consecuencia de "la vieja amistad" entre Pujol y el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez. El buen clima que tradicionalmente existe entre ambos políticos no impidió que hace dos semanas el ministro cancelara una cena con el presidente de la Generalitat.
Un miembro de la comitiva de Pujol ha explicado que el presidente no podrá entrevistarse con el propio Secretario de Estado, James Baker, "porque Baker estará el lunes en Moscú", donde mantendrá conversaciones con su colega soviético, Edvard Shevardnadze, preparativo de la cumbre soviético-norteamericana de junio.
Medios diplomáticos españoles han mostrado su extrañeza por el deseo de Pujol de llevar a cabo esta entrevista y también por el hecho de que el citado departamento, responsable de las relaciones exteriores de EE UU, haya aceptado recibir a Pujol, que no viaja como representante del Estado español.
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