Lo más moderno

Calle Génova, once de la mañana. Atasco, por otra parte, bastante habitual en Madrid. De un taxi se bajan cuatro individuos vestidos según los cánones de la moda acid, pero mi sorpresa viene cuando detrás de los pasajeros se baja el conductor del taxi acordándose cariñosamente de las familias de los mencionados pasajeros.Éstos, aprovechando el atasco, decidieron que lo más moderno era apearse sin pagar la carrera. Por supuesto, los transeúntes apenas repararon en el suceso, y ni mucho menos intentaron reparar el desaguisado. Allá cada cual con lo suyo, pero esta, digamos anécdota, no es lo que me llamó la atención, no; lo que me sublevó fue el hecho de reconocer a uno de los caras, y éste no era otro que el pinchadiscos de uno de los templos de la movida. La tan cacareada movida, que lamentablemente las más de las veces sólo sirve para dar cancha a tipos sin ninguna otra aspiración en la vida que la de vivir del cuento estético, esnifar mierda en polvo y, por supuesto, gozar con la burla y la falta de respeto hacia los demás.

Podría parecer que por el tono de mi carta soy mayor y con ideas reaccionarias. Nada más lejos de la realidad. Tengo 26 años y me considero de izquierdas (tanto, que ni siquiera voto al PSOE), pero no creo que haya que ser un militante de Cristo Rey para estar hasta las mismísimas narices, por poner una expresión dulce, de todo el mamoneo y estupidez que lleva, o parece llevar aparejado, el estar inserto en la movida.

Por descontado que de todo habrá, no voy a caer en el error de descalificar a todo el colectivo, pero ¿dónde están los normales? Yo todavía no los he visto.-